Tenía que
ser Judas:
Jesús
reunió a sus discípulos y les hizo caminar largas horas por el desierto. Luego
de haber caminado mucho, y ya bastante cansados, Jesús Dijo: por favor
recojan piedras para el almuerzo. - Los discípulos sin titubear comenzaron
a reunir piedras de diferentes tamaños. Pero Judas pensó: esto debe ser
otra enseñanza más de Jesús acerca del trabajo, estoy muy cansado; solo
recogeré una piedrita pequeña. Siguieron caminando y Jesús se detiene y
exclama ¡revisen sus piedras! - Los apóstoles se sorprendieron al darse
cuenta de que las piedras se habían convertido en preciosos trozos de pan, así
que comenzaron a comerlas con apetito.
Sin
embargo, Judas solo pudo comer una migaja de pan pues la piedra que recogió era
pequeñita. - Otro día, el maestro les volvió a llevar a caminar por el
desierto, Y Judas pensó:
Hoy no me voy a quedar sin comer. Así que
disimuladamente, sin que nadie se diera cuenta recogió una gran piedra en el
camino, la puso en su mochila y la llevó a cuestas. -
Después
de largas horas de viaje todos se detienen y Judas a la expectativa y lleno de
felicidad (y de cansancio) esperando el prodigioso milagro. Pero no sucede
nada. Indignado se acerca a Jesús y le dice: ¿Oiga, Maestro…hoy no
vamos a almorzar? Jesús le contesta: No hijo, ¿No recuerdas que hoy es día de
ayuno?
Hasta el
diablo obedece
Una señora muy pobre telefoneó a un programa
cristiano de radio pidiendo ayuda. Un brujo que oía el programa consiguió su
dirección, llamó a sus secretarios y ordenó que compraran alimentos y los llevaran
a la mujer, con la siguiente instrucción: “Cuando ella pregunte quién mandó ese
mercado, respondan que fue el Diablo”.
Cuando llegaron a la casa, la mujer los
recibió con alegría y fue inmediatamente guardando los alimentos que le
llevaron los secretarios del brujo. Al ver que ella no preguntaba nada, ellos
le preguntaron: -¿Señora no quiere saber quién le envió estos alimentos? La
mujer, con un rostro dulce, y en la simplicidad de su fe, respondió: - “No, mi
hijo. No es preciso. “Cuando Dios manda, ¡hasta el diablo le obedece!”
Venciendo la
tentación:
Un joven con pocos meses de convertido y muy
activo en la parroquia, una vez lo ve el sacerdote parado en la puerta de una
discoteca, y le dijo: Jaimito, ¿qué haces ahí? - El joven le responde - aquí
padre, venciendo la tentación.
El fin de semana siguiente de nuevo el padre
ve al joven parado en otra discoteca, y le repite la pregunta: - Jaime ¿qué
haces ahí? - Jaime respondió: aquí padre venciendo la tentación. El fin de
semana siguiente, el padre vuelve a ver a Jaime, borracho y con una botella en
la mano, y le dice: - por Dios Jaime ¿qué haces? - Jaime respondió – aquí
padre, vencido por la tentación.
Hábiles contra las acechanzas del
diablo
Están unos compadres platicando y se les aparece el diablo diciéndoles
que si adivina sus nombres se los llevará con él. Únicamente le tienen que
decir con qué letra empieza su nombre. Entonces uno de los compadres le dice
que su nombre empieza por “J”, después de muchos intentos y no poder adivinar
el nombre, el diablo se da por vencido y le pide que le diga su nombre,
entonces el compadre le dice: Yo me llamo “Jelipe”
Se cayó en la zanja [Nadie está exento de caer]
Un sacerdote anciano había inventado una
nueva forma de confesar a las esposas que habían sido infieles a sus maridos,
para que no se sintieran tan mal al confesarse. Tan sólo debían decirle que “se habían caído en la zanja”.
Así, él entendía sin ponerlas incómodas. Por supuesto que todo el pueblo
estaba al tanto.
Pero llega un día en que el sacerdote se
enferma y mandan as un sacerdote recién ordenado para la misa del domingo.
Terminada la ceremonia va el sacerdote y le pregunta al alcalde: -Oiga Sr. alcalde,
sería bueno que hiciera reparar la zanja en donde se caen tantas mujeres. El
alcalde, que estaba al tanto de todo, soltó la carcajada, y el padrecito, sin
entender, le dice: -No se ría tanto, que su señora se cayó dos veces esta
semana.
Reunión de
sacerdotes:
Tres sacerdotes se reunieron para contarse
cuál era su mayor tentación. El primer sacerdote dijo, “Me da pena decirlo, pero mi mayor tentación, son “los juegos de azar”.
Algunos sábados, en vez de preparar bien mi homilía, me voy al casino. El
segundo dijo: “Mi tentación es aún peor
porque es el trago” – hasta una vez usé el vino de consagrar. El tercer
sacerdote que estaba callado dijo: “Yo no
quisiera decirlo, pero mi mayor tentación es la peor de todas. Es el chisme”
– y si ustedes me disculpan, voy a llamar al señor Obispo”.
Piedra, papel y tijera
- Le dice un amigo a otro: Estoy re-mal... Ayer fui tentado por Satanás,
igual que Jesús en el desierto... – El amigo le contesta: Haber sido tentado
como el Señor es un honor... ¿lo resististe? – Sí…le dije: "Diablo,
escrito está: Es más fácil que el ojo de un camello entre por la aguja de un
pajar, antes que por tener diente por diente y a caballo regalado no le mires
el diente. " - ¿Y qué te dijo el diablo? - Me recomendó que hiciera un
curso bíblico.
Cuidado con la tentación de la carne [Para los medio sordos]
Estaba un domingo predicando el pastor: - Hermanos, siempre debemos
cuidarnos de la tentación de la carne. - Pero pastor, - dijo una
viejita sentada en la primera fila. - es que las pastas engordan mucho. -
No, no hermana, yo estoy hablando del pecado. - respondió el pastor. –
Ah Bueno – dijo la viejita…Si es pescado sí, porque no engorda...
Muchos, aunque evitan, caen…Otros planean caer. [Para niños]
Le dice el papá a su hijo: no te bañes en el
rio. –De acuerdo, contesta el hijo. Pero aquella misma tarde el hijo volvió a
la casa con el traje de baño mojado. - Dónde has estado? Preguntó el papá. -
Bañándome en el rio, contestó el hijo. ¿No te dije que no te bañaras en el rio?
–Sí, es cierto - ¿Por qué lo hiciste? –Porque llevaba puesto el traje de baño y
no resistí la tentación. –¿Y por qué lo llevabas puesto? –Por si al caso caía
en la tentación!
El loquito y el bombillo. [Misa
con niños]
En un manicomio, un loquito decía que era
Dios y, siempre que entraba al comedor, decía: “hágase la luz”- Y encendía el
interruptor. Y así, todos los días. Los que lo cuidaban, ya cansados de lo
mismo, decidieron hacerle una broma aflojando el bombillo. Lo llamaron y le
pidieron que, si era Dios, hiciera la luz…El loquito se acerca al interruptor y
cuando lo va a encender, se detiene, piensa unos instantes, los mira y dice: “No
tentarás al Señor tu Dios”