Lecciones de Vida para Crecer en la Fe, 21° Domingo del Tiempo Ordinario, 23 de Agosto de 2020, Ciclo A

publicado a la‎(s)‎ 23 ago 2020, 9:45 por Diseño Web Santa Ana Centro Chía   [ actualizado el 23 ago 2020, 9:46 ]

Pregunta fundamental y definitiva 

   Cuatro amigos de la universidad se fueron a parrandear el fin de Semana antes de los exámenes finales. La pasaron felices. Pero después de tanto parrandear se durmieron todo el domingo y no regresaron a la universidad sino hasta el lunes por la mañana. En lugar de entrar al examen final, decidieron que al terminar el examen hablarían con el profesor y le explicarían la razón por la que no habían presentado el examen.

   Le explicaron que se habían ido de pesca el fin de semana y que planeaban estar de regreso y estudiar, pero desafortunadamente, se les pinchó una llanta cuando regresaban. Que no tenían las herramientas y nadie les había querido ayudar. Como resultado, perdieron el examen final. El profesor lo pensó y acordó hacerles el examen al día siguiente. Los amigos estaban felices. 

   Estudiaron toda la noche y llegaron al día siguiente a hacer el examen. El profesor los puso en salones separados y les repartió a cada uno la prueba. La primera pregunta valía 5 puntos y era muy fácil, sobre la historia del mercadeo. "Excelente!" pensó cada uno en su salón separado. "Esto va a estar muy fácil". Cada uno terminó el problema y voltearon la página. En la segunda página estaba escrito solamente: "Vale 95 puntos: ¿Qué llanta se les pinchó?" 

Sucesor del presidente: [Pedro, sucesor de Jesús] 

   El empresario mando llamar a uno de sus empleados y le dijo: Pedro, después de un año de haber entrado a la compañía te quiero felicitar porque lo has hecho muy bien. Estuviste como mensajero un mes, al siguiente mes ascendiste como jefe de reparto, después de tres meses fuiste gerente regional y ahora, a un año escaso, te nombro director general para que ocupes mi lugar en la compañía. 

   ¿Tienes algo que decir? Pedro respondió SI, GRACIAS. y el gerente se pone histérico y dice: ¿cómo que gracias!!! ¿Es lo único que tienes que decir? – Y Pedro dijo: ¡Bueno! Está bien…Gracias papá… 

¿Quién es Juan? [Quién dicen ustedes, que soy Yo? [Para niños] 

   Una niña que se la pasaba todo el día con su muñeca, y su padre le ordena que vaya por el pan. Cuando la niña compra el pan, sale un vago y le dice: ¿Conoces a Juan? Y la niña responde: ¿Cuál Juan? Y el vago dice: El que te robó el pan y se lo quitó. Al otro día sucede lo mismo, y así toda una semana hasta que el papá de la niña le dice: Cuando veas al vago otra vez, antes que te pregunte si conoces a Juan, tú le vas a preguntar: ¿Conoces a Rebeca? - Y cuando te pregunte cual rebeca, tú le dices la que te pegó con la muñeca y le das un muñecazo. Y así fue, la niña fue compró el pan…Salió el vago y ella le dijo: Oye, ¿Conoces a rebeca? Y el vago se pone a repetir: Rebeca, Rebeca, Rebeca…Ah… La amiga de Juan. Y la niña responde: ¿Cuál Juan? ¡Pues el que te robó el pan! 

La confesión [Desata en la tierra y desata en el cielo…] 

  Un sacerdote anciano había inventado una nueva forma de confesar a las esposas que habían sido infieles a sus maridos. Para evitar que se sintieran mal debían decirle simplemente: “Padre me caí en la zanja”. De esa forma él se daba por enterado sin poner incómodas a las damas. Por supuesto que todo el pueblo estaba al tanto. 

   Un día en que el sacerdote se enfermó, el Señor Obispo envió un padre recién ordenado para la misa del domingo. Terminada la ceremonia va el padre joven y le pregunta al alcalde: -Oiga Sr. Alcalde, sería bueno que hiciera reparar la zanja en donde se caen tantas mujeres. El alcalde, que estaba al tanto de todo, soltó la carcajada y no paraba de reír. Entonces el padre le dice: -Sr. Alcalde, no se ría tanto, que su señora se cayó dos veces esta semana. 

El confesor y el acróbata: [Desatar pecados no es fácil] 

   Un señor que trabajaba en un circo se fue a confesar. El padre le preguntó: ¿En qué trabajas? Y el señor le dijo: -Soy acróbata. El padre le dijo: -No sé qué es eso, ¿podrías hacer una demostración?  El penitente hace unas maromas y unos saltos mortales…Unas señoras que estaban haciendo fila para confesarse, lo vieron y una le dice a la otra: -Ay m’hija, con estas penitencias que ponen ahora, debimos de haber traído pantalón. 

La ventaja de llamarse Isabel. [Jesús, hijo de Dios vivo, el único nombre que salva] 

   Un ladrón estaba robando una casa cuando llegan los dueños y lo descubren. Él les dice: Como ya me vieron tendré que matarlos, pero antes díganme sus nombres: La mujer responde: - Yo me llamo Isabel. - Está bien, a ti no te voy a matar porque así se llama mi mamá…Y ¿tú? - le dice al hombre, ¿cómo te llamas?. - El hombre, tembloroso, le responde: - Yo me llamo Juan, pero mis amigos, cariñosamente, ¡me dicen Isabel! 

Encuesta: ¿Quién es el más viejito? 

   Llega un encuestador a un pueblo, toca la puerta de una casa; sale un viejito como de 85 años, y le dice:- Señor buenos días, necesitamos hacer una encuesta a la persona de mayor edad de esta casa. - Y el viejito se voltea y grita: - Mamá, quieren hablar con el abuelito.

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