Todo por un martillo: [Crítica enfermiza] Un hombre quiere colgar un cuadro. El clavo ya lo tiene, pero le falta un martillo. Su vecino tiene uno. Así, pues, el hombre decide pedir al vecino que le preste el martillo. Sin embargo, le asalta una duda: ¿Y si no quiere prestármelo? Ahora recuerdo que ayer me saludó como de mala gana. Quizá tenía prisa. Pero, tal vez no era más que un pretexto, y de pronto tiene algo contra mí. ¿Qué puede ser? Yo no le he hecho nada malo; algo se le habrá metido en la cabeza. Si alguien me pidiese prestada alguna herramienta, yo se la daría enseguida. ¿Por qué no ha de hacerlo él también? ¿Cómo puede uno negarse a hacer un favor tan sencillo a otro? Tipos como éste le amargan a uno la vida. Y luego todavía se imagina que dependo de él. Sólo porque tiene un martillo. Esto ya es el colmo. Así, el hombre sale precipitado a casa del vecino, toca el timbre, el vecino le abre la puerta y, antes que el vecino tenga tiempo de decir «buenos días», nuestro hombre le grita furioso: “¡Quédese con su martillo, que yo no le ruego a nadie!” Dos posibilidades [Optar por el Señor, es la única decisión segura] Un señor sale del trabajo y se pregunta: ¿Me voy en taxi o en camión? Si me voy en Taxi no hay problema; y si me voy en camión hay 2 posibilidades: que me vaya parado o que me vaya sentado. Si me voy parado no hay problema y si me voy sentado hay 2 posibilidades: que me siente con un hombre o con una mujer. Si es con un hombre no hay problema, pero si es con una mujer hay dos posibilidades: que me enamore o que no me enamore. Si no me enamoro no hay problema, pero si me enamoro hay dos posibilidades: que me case o que no me case. Si no me caso no hay problema, pero si me caso hay 2 posibilidades: que tenga hijos o que no tenga hijos. Si no tengo hijos no hay problema, pero si tengo hijos hay dos posibilidades: que sea niña o que sea niño. Si es niña no hay problema, pero si es niño hay dos posibilidades: que sea doctor o que sea arquitecto. Si es doctor no hay problema, pero si es arquitecto hay 2 posibilidades: que me invite a su obra cuando esté terminada, o que me invite a su obra cuando no esté terminada. Si me invita cuando esté terminada, no hay problema, pero si me invita cuando no está terminada hay dos posibilidades: que me caiga o que no me caiga. Si no me caigo no hay problema, pero si me caigo hay dos posibilidades: Que me muera o que no me muera. Si no me muero no hay problema, pero si me muero hay dos posibilidades: que me vaya al cielo o que me vaya al infierno. ¡Si me voy al cielo no hay problema, pero si me voy al infierno…! – Mejor me voy en Taxi. El duelo: [Ante Jesús: ¿Retroceder… SI? - ¿Rendirse también?]. Dos italianos que tenían una gran disputa, decidieron batirse en duelo mortal en el campo de honor y así terminar sus diferencias. Se citaron diciendo: Esta noche a las 10:30 en punto, en la esquina Garibaldi. Como la citación fue en la mañana, a las cinco de la tarde a uno ya se le había pasado el enojo. Decía: No debe haber nada peor pa´un tipo que pelear. Además, sabiendo uno que tiene que ir matar o morir. Es ¡¡feísimo!!! Pero no puedo dar marcha atrás porque es cuestión de dignidad, y el otro va pensar que yo le tengo miedo…y no le tengo miedo. ¡Ahí entra funcionar el machismo y el orgullo latino…! ¡Llamarlo pa´decirle que no vamos a pelear, y que el otro diga que le tengo miedo! - ¡Qué va! - Ya no puedo dar marcha atrás...No quiero pelear, pero tengo que ir a pelear. Y justo se acordó que eso lo castiga la ley. Ahí estaba la salida airosa. Llamó al jefe de policía y le dice: señores jefes de policía: este es un llamado anónimo…Soy un ciudadano italiano y llamo para informar que esta noche a las 10:30 en la esquina Garibaldi, dos inconscientes piensan batirse en duelo mortal. Hay que llegar antes y detenerlos. Y le responde el jefe de policía: Si ya me enteré…hace diez minutos habló el otro. Si, pero no. [Evasivas ante el Señor (como promesas de cumbiambera)]
El novio le escribe un e-mail a su amada novia: “Por ti soy capaz de cualquier cosa: Cruzar nadando los océanos. Llegar a la cima de la montaña más alta del mundo y gritar a los cuatro vientos que te amo. Enfrentaré cualquier obstáculo que nos separe. Es que te amo tanto, que por ti soy capaz de todo… Nota: el jueves voy a verte… si no llueve...” Mejor me voy… [¿Vosotros también os queréis ir?] Una mujer quería saber qué pasaría si le decía a su esposo que se iba de la casa sin decirle a donde. Así que le escribió una carta diciéndole que estaba cansada de él y que no quería estar más con él. Al terminar dejó la carta en la mesa de noche y se escondió debajo de la cama. Cuando su esposo llegó a la casa, leyó la carta y escribió algo en ella, luego empezó a cantar y a cambiarse de ropa. Tomó su teléfono y marcó un número, y dijo: “Hola nena, me estoy cambiando para encontrarme contigo; ¡con mi esposa, ya todo se acabó, fui un tonto en casarme con ella, ojalá te hubiera conocido antes, ya nos vemos amor!”. El hombre se fue y la mujer salió destrozada y llorando de la cama, hasta que miró la nota y decía: “se te veían los pies amor…voy a comprar pan!. Jajaja…! Trigamia [Decisiones y opciones a nuestro acomodo?] Una señora buscaba leña cerca del río y cortando una rama de un árbol caído se le escapó el hacha de las manos y fue a parar al fondo del río. La mujer suplicó a Dios y él apareció. Le preguntó: - Por qué estas llorando mujer? La mujer respondió que su hacha se había caído al río. Dios entró al río, sacó un hacha de oro y le pregunto a la mujer: - Es esta tu hacha? La noble mujer respondió: - NO, Dios, esa no es. Dios entró nuevamente y sacó del río un hacha de plata y volvió a preguntar: - Esta es tu hacha? - No respondió la mujer. Dios volvió nuevamente al río y sacó un hacha de hierro y madera y de nuevo preguntó: - Es está tu hacha? - Sí respondió ella, ésa es. A Dios le agradó la sinceridad de la mujer y la mandó de vuelta a su casa, regalándole las otras dos hachas, la de oro y la de plata. Otro día, la mujer y su amado esposo estaban paseando por los campos, cuando él tropezó y cayó al río. La mujer, desesperada porque no sabía nadar, suplicó ayuda de Dios. Él apareció y le preguntó: - Mujer, otra vez tú, ¿por qué estas llorando? Ella respondió que su esposo había caído al río y se había ahogado. Inmediatamente, Dios se lanzó al río, sacó del cabello a “Brad Pitt” y le preguntó a la mujer: - Es este tú esposo? - Sí, si, respondió la Mujer. Entonces Dios se enojó y le dijo: - ¡Eres una mujer mentirosa! Pero rápidamente la mujer le explicó: Dios mío, usted perdone, pero fue un malentendido. Si yo hubiese dicho que “no”, entonces Ud. Me habría sacado del rio a “Mel Gibson” y si le hubiera vuelto a decir que tampoco era él, Ud. Me habría traído a mi marido, y cuando dijera que sí era él, Ud. Me mandaría para mí casa con los tres hombres. Y Yo que soy una mujer fiel, no podría cometer TRIGAMIA…. Por eso es que le dije sí al primero de ellos. Dios halló justo el comentario de la mujer y la perdonó. Lo fácil siempre atrae: [Ser cristiano no tiene vacaciones]. [Para misas con niños] Cuando ve a su hermanito irse para la escuela, la niña le pregunta a la mamá: mami, mami ¿Cuándo iré yo también a la escuela? pronto hijita, ¿te gusta la escuela? y la niña dice: si mami, mi hermanito me dice que son bien bonitas las vacaciones y la hora de recreo.
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