Esposo y la rana El fabulista Esopo escribió de una rana que quiso hacerse grande, como un robusto buey que pastaba cerca. Con este propósito empezó a hinchar su delgado pellejo. Y preguntó a sus hijos: ¿Ahora sí ves que he crecido? – Inútilmente lo intentas, dijeron ellos. Pero la orgullosa rana hizo nuevos y violentos esfuerzos, hasta que se reventó. Y el fabulista concluye:“Quien
nació para rana, no pretenda ser buey”
La humildad de Unamuno
La franqueza, a la par que la arrogancia de Don Miguel de Unamuno, eran legendarias. Cuando el rey Alfonso XIII lo condecoró con la Gran Cruz de Alfonso XII, el escritor mostró su satisfacción diciendo: Es para mí un honor recibir esta condecoración que tan merecidamente se me otorga. Al oír esto, el rey no pudo ocultar su sorpresa, pues estaba acostumbrado a oír palabras de humildad por parte de los condecorados. ¡Caramba! –le dijo el rey-, ¡es usted el primero que me dice eso! Hasta ahora todos los homenajeados me habían dicho que ellos no se merecían tal honor. Unamuno apostilló: Y probablemente no les faltaba razón. Humillación Una señora devota se quejó un día ante el
Padre Liebermann, de una humillación que había sufrido injustamente. El
sacerdote le contestó suavemente: “Señora, esta mañana, en la Santa Misa, Nuestro Señor tuvo que humillarse mucho más, en la Sagrada Comunión, al entrar en el corazón de usted”
El triunfo de la humildad
Cuentan que la hija de un rey de Francia trataba de manera despótica y humillante a su joven sirvienta. Un día, enfadada, la princesa le dijo: “¿No sabes que soy la hija de tu rey?”. A lo que la joven le respondió con la humildad y sencillez de la que sabe realizar su servicio: “Y, ¿tú no sabes que yo soy la hija de tu Dios?”. Consignas útiles: 1. Orgullos absurdos: “Ante el orgullo ridículo del burro y de la vaca, se extraña el altivo orgullo del tigre y del león”. Humildad Argentina [Declaración de guerra de Argentina a China] Después de una consulta al Congreso, la Argentina le envía el siguiente mensaje a la República Popular China: Comunicamos a Uds. que les declaramos la Guerra.Tenemos 105 tanques, 47 aviones funcionando, 4 Barcos de guerra y 5221 soldados listos para atacar. Los chinos les contestaron: Aceptamos la declaración de guerra, tenemos 180.000 tanques, 18.000 mil aviones, 7.900 Barcos mi sileros y 125 millones de soldados listos para el combate. Los argentinos contestaron: Retiramos la declaratoria de Guerra, no tenemos como alimentar tanto prisionero. Asiento en primera clase: En un vuelo de British Airways, una señora rubia y adinerada se encontró sentada junto a un hombre de color. Ésta llamó a la azafata para exponerle sus quejas y su disgusto. “Me han sentado junto a este hombre, me siento muy incómoda y no puedo viajar así. Búsqueme otro asiento”. “Cálmese señora”, le dijo la azafata, “el avión está lleno, pero miraré a ver si queda algún asiento libre”. Minutos más tarde, la azafata sonriente volvió con la buena noticia. “Señora, sólo queda un asiento en primera clase”. “Hacer un cambio de asiento es algo extraordinario, pero dadas las circunstancias y para evitarle su incomodidad, el capitán ha concluido que sería una grave desconsideración hacia el pasajero tener que volar junto a una persona desagradable”. Y dirigiéndose hacia el hombre de color le dijo: “Señor, recoja sus cosas y sígame, tengo un asiento en primera clase preparado para usted”. El resto de los pasajeros respondió con una carcajada y una fuerte ovación. ¿Usted no sabe quién soy yo? Cuentan que Christian Herter gobernador de Massachussets, estaba haciendo campaña para su reelección. Un día, en que ni había desayunado ni comido, acudió a un asado para levantar fondos para la campaña. Se puso en la fila y cuando llegó su turno le sirvieron un trozo de pollo. -Perdone, señora, pero estoy hambriento. -Lo siento, señor, pero sólo se da un trozo por persona.Este señor, habitualmente sencillo y amable, quiso valerse de su oficio y de su prestigio y le dijo: "Señora, ¿Usted no sabe quién soy yo? - Soy el gobernador de este estado". Y ella le contestó: "Señor, ¿Y usted no sabe quién soy yo? - Soy la encargada del pollo. Siga la fila señor". Abogado chicanero: Sentado en su nueva oficina, un abogado recién graduado esperaba su primer cliente. Al escuchar que la puerta se abría, rápidamente levantó el teléfono para hacer creer que estaba muy ocupado. El visitante pudo escuchar al joven abogado decir: -“Manuel, volaré a Nueva York para ver si resuelvo el caso del cliente aquel. Parece que esto va a ser algo grande y más difícil de lo que pensábamos. También necesitamos traer al experto americano, Mr. Braun, para que nos dé su opinión sobre este asunto tan importante”. Y de pronto, Fingiendo cierta molestia interrumpió su presunta conversación con estas palabras: -“Manuel, espera un momento porque alguien acaba de llegar”, se voltea para atender al visitante y le pregunta: -“Bien, ¿en qué puedo ayudarle?”. Con una sonrisa, entre pícara y maliciosa, el hombre contestó: -“Doctor, yo sólo he venido a instalar su teléfono”. Beethoven y Goethe
En el año 1807, Beethoven y Goethe se encontraron en Karlsbad, e hicieron un paseo en carroza juntos. Toda la gente, al verlos pasar por la calle, se inclinaban haciendo profundas reverencias. –“Goethe dijo: es aburrido ser tan famoso. ¡Todos me saludan!”. A lo cual, Beethoven respondió, con cierta picardía: - “No les haga caso, excelencia. ¡A lo mejor me están saludando a mí!”. |