Matrimonio feliz. [Dios no tiene lista de nuestros pecados] A una señora que celebraba sus bodas de oro de matrimonio le preguntaron sus hijos por el secreto de su largo y feliz matrimonio. La señora le contestó: el día de mí boda decidí hacer una lista de las 10 faltas de mi marido que pasaría por alto para salvar mi matrimonio. Preguntan sus hijos: ¿Y cuáles fueron esas 10 faltas de la lista? A decir verdad, nunca escribí la lista. Pero cada vez que mi marido hacía algo que me molestaba y que me sacaba de quicio le decía: “Tienes suerte, bandido, porque esa no está en mi lista”. Dos buenas hermanas: La herida y la cicatriz
“Dos hermanas parecidas/ de diferente matiz/ la una se llama herida/ y la otra cicatriz. Las dos están en el alma/ las dos se llevan con dolor/ arde en la carne la herida/ en el recuerdo la cicatriz. Un amigo las ha curado/ con tiempo y dedicación/ logró el perdón del corazón/ con la sangre de su costado/. Es Jesús quien ambas sana/ pues las padeció en sí/ Él puede limpiar la herida/ y borrar tu amarga cicatriz”.
La porcelana o la gallina Supongamos que rompemos una porcelana o una imagen y luego tratamos de pegarlas. Aunque las peguemos, debido a las fisuras, no quedarán igual. Si desplumamos una gallina y luego quisiéramos volver a colocarle las plumas, sería imposible. Así sucede en el ámbito del mal. Cuando desplumamos a alguien, es difícil volver a restablecer su imagen deteriorada por nuestros rencores o venganzas. Sólo el perdón sanará todo. El ideal: no tener enemigos Un sacerdote predicaba sobre el perdón a los enemigos, y ya casi al final de la homilía dijo: “Los que estén dispuestos a perdonar a sus enemigos que levanten la mano”. Todos levantaron la mano, excepto una pequeña viejita. -Señora Rosita… ¿No está usted dispuesta a perdonar a sus enemigos? -Yo no tengo enemigos, respondió dulcemente. – Señora Rosita, eso es muy raro, ¿cuántos años tiene usted? -99 años, respondió. Todos los fieles se levantaron y la aplaudieron. –El padre le pregunta: Señora Rosita: ¿Puede pasar al frente y decirnos cómo se llega a los 99 años sin tener enemigos? – La dulce Rosita pasó al frente, se dirigió a los fieles y dijo: - Es que…ya todos se murieron. Los tres deseos: [No podemos llegar a la tumba sin perdonar…] Un hombre está haciendo un agujero en su jardín para plantar un árbol cuando desentierra una lámpara mágica. La frota y le aparece un genio que le dice: - Te voy a conceder tres deseos, pero a tu enemigo le daré el doble de lo que tú me pidas. – Humm… mira, quiero ser millonario. Listo, pero tu enemigo ahora es billonario. Quiero ser guapo e inteligente. Listo, pero tu enemigo es el doble que tú. Bueno, mi último deseo…es que me des un susto que me deje medio muerto… Lorito arrepentido: Ricardo recibió un loro por su cumpleaños; ya era un loro adulto, muy grosero y de muy mal genio. Cada palabra que decía estaba adornada por alguna palabrota. Ricardo trató de corregir la actitud del loro, diciéndole palabras bondadosas y con mucha educación; le ponía música clásica y siempre lo trataba con mucho cariño. Un día Ricardo perdió la paciencia y gritó al loro, el cual se puso más grosero aún, hasta que, en un momento de desesperación, Ricardo lo metió al congelador. Por unos minutos escuchó los gritos del loro y el revuelo que causaba en la nevera, hasta que de pronto, todo fue silencio. Luego de un rato, Ricardo arrepentido y temeroso de haber matado al loro, rápidamente abrió la puerta del congelador. El loro salió y con mucha calma dio un paso al hombro de Ricardo y dijo: - "Siento mucho haberte ofendido con mi lenguaje y actitud, te pido perdón y te prometo que no seré grosero ni de mal genio.” Ricardo estaba muy sorprendido del tremendo cambio en la actitud del loro. Ya le iba a preguntar qué lo había hecho cambiar, cuando el loro le dijo: - ¿te puedo preguntar una cosa? - Sí. claro!!, -contestó Ricardo- ¿Qué fue lo que te hizo el pollo que está congelado? ¡Buenas vecinas?: [Para niños]
Estaban dos vecinas y una le dice a otra: – Ay vecina!...me da mucha pena que mi gallina haya destrozado su jardín – No se preocupe, dice la otra, porque mi perro acaba de comerse su gallina. – Menos mal, dice la primera vecina, porque mi coche acaba de matar a su perro
Perdón y humildad van juntos:
Es la historia de dos amigos argentinos que están disgustados hace un buen tiempo: Uno le dice a otro: “…Che…Ya no quiero estar más enojado con vos…. Pedime perdón…” Histérica e histórica: [Dios no tiene memoria…tiene corazón] Conversaban dos hombres, y un día, uno le confiesa al otro: cada vez que discuto con mi mujer se pone histérica. El otro le dice: eso no es nada, la mía se pone histórica. ¿Qué quiere decir histórica? Le pregunta. Que me suelta la letanía de todos mis defectos, desprecios y errores que he cometido desde el primer día en que nos conocimos.
|