Lecciones de Vida para Crecer en la Fe, 26° Domingo del Tiempo Ordinario, 27 de Septiembre de 2020, Ciclo A

publicado a la‎(s)‎ 28 sept 2020, 9:05 por Diseño Web Santa Ana Centro Chía

Decir y hacer: [No bastan las buenas intenciones]

 

   Después de la colecta en la iglesia, un individuo fue a decirle al sacerdote...  – Dispense Padre, pero por equivocación puse un billete de 50.000 pesos en la canasta, en lugar de uno de 1.000. ¿Podría usted devolverme la diferencia? - No, hijo mío, lo que se da a Dios ya no se le quita. - Bueno, padre, espero que por lo menos me reconozcan en el cielo un saldo de 49.000 pesos a mi favor. - Tampoco, porque lo que allí se toma en cuenta son las intenciones, y tu intención fue dar solamente 1.000 pesos. 

Del dicho al hecho hay mucho trecho 

   Después de varios años de noviazgo, en los que el novio se había caracterizado por ser un borracho, él le propone matrimonio a su novia, pero ella, aunque lo quiere mucho, rotundamente le responde que no se casará con él, porque es un borracho y porque muchas veces le ha prometido dejar de tomar y no ha cambiado. El novio, de rodillas ante la novia, y ante el sacerdote como testigo, le prometió: “Mi amor, le prometo que luego del matrimonio ya no tomaré más, le juro que yo seré otro hombre”. 

   Y así varios días repite la escena, ante varios testigos y con el mismo juramento solemne: “Mi amor, le prometo que luego del matrimonio ya no tomaré más, le juro que yo seré otro hombre”. La novia, ante tan solemnes y evidentes promesas de cambio, decide casarse con él, pero resulta que el mismo día de la boda, el ahora esposo se pega tremenda borrachera hasta perder el sentido. 

   Ella totalmente decepcionada, deja que le pase la rasca y luego lo enfrenta exigiéndole una respuesta de por qué volvió a tomar si él le había jurado que después del matrimonio sería otro hombre; a lo que él le responde: “Si mi amor, ¡lo que pasa es que al otro hombre también le gusta tomar!” 

Un SI tibio: [Decimos “si” a Dios, y nuestra vida termina siendo un “no”]. 

   “Un amigo decía ser muy católico, dizque, porque en su vida había ido tres veces a la Iglesia. La primera cuando le echaron agua en el bautismo. La segunda, cuando le echaron arroz en el matrimonio y la tercera cuando le echaran tierra en la sepultura. 

El colmo de no querer

   En un pueblo, en el que abundaba el trabajo y la comida, un perezoso estaba a punto de morir de hambre. Se reunieron el alcalde, el párroco, el consejo municipal y el defensor del pueblo, y por unanimidad acordaron enterrar vivo al perezoso, porque para el pueblo sería un desprestigio que alguien muriera de hambre. 

   Cogieron cuatro tablas, armaron un cajón, metieron al moribundo, y salieron con él rumbo al cementerio. Una señora preguntó: “¿Quién murió?”. “Nadie” –le respondieron; “¿y entonces a quien llevan ahí?”, insistió. “Al perezoso que lo vamos a enterrar vivo antes de que muera de hambre” –le explicaron. “No, no, no hagan eso –exclamó la señora–, yo con mucho gusto le regalo un bulto de panela”; otra señora regaló 100 gallinas; un señor, puso una carga de arroz y un bulto de papa; un hacendado donó 10 cantinas de leche, 50 arrobas de queso, una carga de plátanos y otra de yuca. 

   Todos los paisanos donaban y donaban comida en abundancia. Cuando iban llegando al cementerio desistieron del entierro porque el moribundo ya tenía comida suficiente como para muchos años. Entonces, el perezoso sacó la cabeza, y preguntó: “¿Y Quién va a cocinar todo eso?”. “Pues, usted” – le contestaron. Y el hombre exclamó: “Entonces… ¡que siga el entierro!”.  

SI o NO: [Hay que pensarlo bien] 

   Después de una consulta al congreso, Argentina le envía el siguiente mensaje a la República Popular China: Comunicamos a Uds. Que les declaramos la Guerra. Tenemos 85 tanques, 47 aviones funcionando, 4 Barcos de guerra y 5.221 soldados listos para atacar. Los chinos les contestaron: Aceptamos la declaración de guerra, tenemos 580.000 tanques, 98.000 aviones, 9.900 Barcos con misiles, 90 portaviones y 525 millones de soldados listos para el combate. Los argentinos contestaron: ¡retiramos la declaratoria de guerra, porque no tenemos cómo alimentar tanto prisionero! 

Pues si…Pues no: 

   Pedro estaba esperando bus a la orilla de la carretera…Lo recoge un señor con cara de malgeniado, y en el viaje no pronunciaba palabra…Pedro pensó: si le digo que soy hincha de Millos, qué tal que diga que es de Santafé y me baje …Si le digo que está haciendo frio, qué tal que diga que el siente calor y me baje…Si le digo que por qué no lleva tapabocas , y como yo si llevo tapabocas, qué tal que me baje…Y así pasó un buen rato, hasta que a Pedro lo único que se le ocurrió decir fue: ¡PUES SI!!!, y el conductor le contestó: ¡PUES NO…Y SE BAJA…! 

SI pero NO.  [Misa con niños]

 

  Un profesor le preguntó a un niño en la escuela: “Si tienes cinco dólares y le pides otros cinco dólares a tu papá, ¿Cuántos dólares tienes en total? – El niño respondió:” cinco dólares. “El profesor movió la cabeza y le dijo: ¿no sabes sumar? “Y El niño le contesta, más bien, creo que usted no conoce a mi papá”.

 

SI o NO

 

   En un viaje hacia Madrid, a la hora de la cena, la azafata le preguntó a un pasajero: ¿desea cenar? – El pasajero, a su vez, le pregunta: ¿Y cuáles son las opciones? – Y la azafata le contesta: las opciones son dos: “Sí o no”

 

No basta soñar [Hay que trabajar para lograrlo…]

 

   Un amigo le dice a otro: anoche soñé que iba a Europa… “Como mi padre”. ¿Cómo? - ¿Tu padre ya fue a Europa? – ¡No, él también soñaba ir…!

 

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28 sept 2020, 9:05
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