Tiempo para Dios […en el tiempo para el hermano] Cuentan que un famoso rabino tenía fama de santo. Todas las mañanas, muy temprano, se introducía en el bosque. Después de algún tempo regresaba al pueblo con el rostro resplandeciente. Sus vecinos decían que era el tiempo que se tomaba para Dios. Aquel tiempo le transformaba hasta hacer resplandecer su rostro. Un buen día un vecino le siguió y descubrió su secreto. El tiempo que aquel hombre pasaba en el bosque lo ocupaba haciendo las labores de una ancianita que vivía sola. ¡Ese era su tiempo para Dios! Milagros diarios: [Amar a los demás, el mejor milagro- Misa con niños] La niña Gabriela, uno de los personajes de la novela de Gerard Bessière, cuenta cómo un día su amigo Jacinto le pregunta qué ha hecho ese día en la escuela. Gabriela le responde: He hecho un milagro. ¿Un milagro? ¿Y cómo lo hiciste? Mire: Tenemos una profesora en silla de ruedas, que nos habla de los milagros de Jesús y nosotros le decíamos que no existían los milagros. La profesora reafirmó: “Sí, Dios me ha hecho un milagro”. Sorprendidos los niños le preguntaron: ¿Y qué milagro le ha hecho Dios? La profesora les respondió: El milagro que Dios me hizo son ustedes, porque me llevan todos los miércoles a pasear al parque empujando mi silla de ruedas. Gabriela le dice a Jacinto: ¿No te gustaría hacer también tú milagros los miércoles? Jacinto respondió: “Si, me gustaría hacer milagros, no solo los miércoles, sino todos los días”. Con todo el corazón de Jesús [Misa con niños]
Le preguntó el párroco a Juanito: "Juanito ¿amas a Dios nuestro Señor? ¡Oh sí, padre. ¿Y lo amas con todo tu corazón? Y Juanito se quedó pensativo; se iluminó y respondió: "No, padre, mi corazón es muy pequeñito para amar a Dios. Yo amo a Dios con todo el corazón de Jesús".
El billete: [Amar al prójimo, nos da doble de valor] En cierta oportunidad, un rabino decidió guardar el dinero que llevaba consigo dentro de uno de los libros de la Torá que estaba estudiando. Colocó el billete en el lugar donde aparece el mandamiento: “No robarás”. Al cabo de unos días, fue a buscar su dinero a dicho libro, pero se dio cuenta que ya no se estaba donde lo había dejado. Lo buscó con mayor detenimiento y encontró un billete del doble de valor que el original. Estaba colocado en la página que decía: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Leyes y más leyes: [Para niños] La multiplicación de leyes, ¿acaso cambian nuestra vida? Nadie cambia porque las leyes lo prohíban; al contrario, quizá “lo prohibido es causa de más apetito”. Miren este ejemplo: Un niño, tenía estupendas ciruelas en la huerta de su casa, al lado de la parroquia. Pero al niño le encantaban más las ciruelas que le robaba al huerto de la casa cural. Si amas a Dios, toca la bocina [Experiencia religiosa] Una señora cuenta: El otro día tuve una bella experiencia religiosa, que quiero compartir. Fui a una librería cristiana y allí encontré una calcomanía para el auto que decía "TOCA LA BOCINA SI AMAS A DIOS". Dado que había tenido un día muy malo, decidí comprarla y pegarla en el parachoques de mi auto. Al salir manejando, llegué a un cruce de dos avenidas que estaba muy complicado, con muchos autos. La temperatura exterior era de 37 grados y era la hora de salida de las oficinas. pensando en el infinito amor del Señor allí me quedé parada, porque la luz estaba roja. No me di cuenta que la luz se había puesto verde, pero descubrí que muchos otros aman al Señor porque inmediatamente comenzaron a tocar las bocinas. La persona que estaba detrás de mí auto era sin duda muy religiosa, ya que tocaba la bocina sin parar y me gritaba: DALE, POR EL AMOR DE DIOS. Dirigidos por él, todos hacían sonar la bocina. Yo les sonreí y los saludaba con la mano a través de la ventanilla. Vi que otro muchacho me saludaba de una manera muy particular levantando solo el dedo medio de la mano. Le pregunté a uno de mis nietos que estaba conmigo, qué quería decir ese saludo. Me contestó que era un saludo Hawaiano de buena suerte. Entonces yo saqué mi mano por la ventana y saludé a todos de la misma manera. Mi nieto se doblaba de la risa, supongo que por la bella experiencia que estábamos viviendo. Dos hombres de un auto cercano, se bajaron y comenzaron a caminar hacia mi auto, creo que para rezar conmigo o para preguntarme a que templo iba. Pero en ese momento vi que la luz estaba verde. Entonces saludé a todos mis hermanos y hermanas y pasé la luz. Luego de cruzar, noté que el único auto que había podido pasar era el mío, ya que la luz se puso en rojo, y me sentí triste de dejarlos allí después de todo el amor que habíamos compartido. Por lo tanto, paré el auto, me bajé, los saludé a todos con el saludo hawaiano por última vez y me fui. Ruego a Dios por todos esos buenos hombres y mujeres. Dice el esposo: cuando
estaba por nacer nuestro segundo hijo, mi esposa y yo asistimos a unas clases
pre-natales diseñadas para parejas que ya tenían por lo menos un hijo. La
instructora abordó el tema de cómo darle la noticia al hijo mayor de la
familia. Iba así: "Algunos
padres", dijo ella, "le dicen al hijo más grandecito: “Te amamos
mucho y decidimos traer a otro hermanito a la familia”. Pero piénsenlo
bien, señoras; que tal si sus esposos llegaran a casa un día y dijeran, 'Mi
amor, te quiero tanto que he decidido traer otra esposa a la casa ".' Una
de las mujeres inmediatamente preguntó: "¿Y sabrá cocinar?" Amor de esposos Una pareja de gallegos [España] recién casados fueron a Madrid de luna de miel. El esposo amaba tanto a su esposa que de bodas le regaló un Volkswagen (el escarabajo). De regreso, cuando ya iban llegando a Galicia, el carro se les apagó y el esposo se bajó a revisar el motor. Cuando abrió la parte de adelante, dijo asustado: Oye, mi amor, nos robaron el motor. Entonces la esposa se bajó y abrió el capó de atrás y dijo toda asustada: “No mi amor, los brutos somos nosotros que nos hemos venido en reversa”. Ayudar al prójimo. [Para niños] Está Juanito en el salón de clase cuando la maestra dice a sus alumnos: “Niños, hoy vamos a salir a ayudar al prójimo”. Los niños emocionados salen a la calle y comienzan a buscar a quién ayudar. La maestra se da cuenta que Juanito le está pidiendo dinero a la gente, así que va y le llama la atención: ¿Qué haces Juanito? ¡Se trata de ayudar a la gente, no de quitarle el dinero! Sí maestra, ya lo sé…Yo les estoy quitando un peso de encima. |