Adviento: El día antes de Navidad. [Como niños detrás de una puerta] Hay un cuadro titulado “El día antes de Navidad”, que describe cuatro niños felices ante una puerta. Detrás de la puerta algo misterioso está pasando. Uno, ansioso mira por el agujero de la cerradura. Otro escucha atentamente para oír algo. Los otros dos pequeños sonríen maravillados porque intuyen que algo grande está pasando o va a pasar. Papá, es el padre. [Jesús nos trae la Salvación. ¿Le abrimos el corazón para que entre?
En la parroquia, fui a visitar a un enfermo. Llamé a la puerta, la abrió un joven y este le dice al papá: “papá, es el padre”- Y alguien, desde dentro, contesta: “déjenlo entrar, que siga”. Esa frase la escuchamos los sacerdotes de seguido. Quizá no me conocían, ni sabían mi nombre porque estaba recién llegado, pero si sabían que era el sacerdote, y que iba a consolar el corazón de un enfermo…Entonces me abrieron la puerta de par en par. “Os anuncio una gran alegría”. [La grandeza de las alegrías pequeñas].
Un sacerdote visitó una vez un señor bien acomodado. Tenía una casa bella con hermoso jardín. “Tu familia debe estar muy feliz con esta casa tan bella”, le dijo el sacerdote. “Si”, dijo el hombre, pero con cara triste. Mire ese montón de arbustos, dijo el señor: Yo pago bien, pero los cuidan mal.
El mismo sacerdote, tiempo después, fue a una vereda, a visitar a la familia de don José, quien le pidió bendecir su casa. Era una choza de adobe: Don, lleno de alegría y con una sonrisa amplia, le dijo: “Padre, hemos ahorrado todo el año para comparar este techo de lámina, le pedimos el favor de bendecir nuestra casa”. El sacerdote los bendijo a ellos, les bendijo su humilde casa y quedó sorprendido por la alegría de aquella humilde familia. Cálmate Manuel: [Ejercer la paciencia aguardando la venida del Señor] Va por la calle un señor empujando un cochecito, y el bebé que lleva llorando a pleno pulmón, zapateando y haciendo una pataleta tremenda. Todos los que pasaban se quedaban mirando cómo lloraba. El señor seguía empujado el cochecito y no paraba sino decirle: Manuel cálmate, cálmate Manuelito, ten paciencia Manuelito; por favor cálmate Manuelito. Una señora asombrada, se detuvo a verlo y le dice: Señor, estoy maravillada: Mientras todo el mundo se detiene a ver porqué llora su niñito o normalmente lo regaña; veo todo lo contrario; yo me detuve admirándolo a usted, para agradecerle por esa ternura con la que se dirige a su hijito, diciéndole: “Cálmate Manuelito”, y otras palabras bellas. Lo felicito. Y el señor le contesta: “No señora, Manuel, soy yo” ¡Estad siempre alegres! Un profesor enseñaba a sus alumnos, cómo mostrar alegría ante un acontecimiento importante. Les decía: Pongan cara de alegría, sonrían como si les contaran un buen chiste; y un alumno le preguntó: ¿y para demostrar tristeza, que debemos hacer? Y el profesor le respondió: sencillo; pues ponga la cara de siempre.
[Adviento: tiempo para cambiar de rumbo]: Un señor bastante tomado se subió al bus y se sentó junto a una distinguida señora. Ella le dijo con firmeza: ¡Si usted sigue por ese camino, y no cambia de rumbo, va derechito a la perdición…! ¡Cambie de rumbo! -El borracho se levantó como pudo, fue a donde el chofer y le dijo: ¡deténgase, señor conductor, que me equivoqué de bus! Aprendiendo de Papá: [Las preguntas a Juan Bautista – Misa con niños] Un padre y su hijo salieron un día a pescar. Estando ya en su barquito, el niño sintió curiosidad por el mundo que le rodeaba, y comenzó a hacerle preguntas a su padre. - “Papá, ¿qué hace flotar nuestra barca?” Su papá le contestó, - “Pues, no estoy seguro.” Al rato, el niño miró a su papá y le pregunta: - “Papá, ¿cómo respiran los peces bajo el agua?” Una vez más su papá le contestó, - “Bueno hijo, la verdad es que no estoy seguro.” Más tarde el niño vuelve y pregunta, - “Papá, ¿por qué es azul el cielo?” - “Caramba, hijo, no estoy seguro”, le contestó su papá. Después de unos momentos de silencio, el niño pregunta: - “Papá, ¿te molesta que te haga tantas preguntas?”- Y el papá le contesta: - “Claro que no, hijo, preguntando es como se aprende.” |