Tener sed de Dios Un estudiante fue a consultar a su director espiritual y le hizo la siguiente pregunta: Maestro, ¿cómo puedo encontrar verdaderamente a Dios? El director espiritual le pidió que le acompañara hasta el río y le dijo que se metiera en el agua. Cuando alcanzaron la mitad del río, el director le dijo: Ahora sumérgete en el agua. El director espiritual cogió la cabeza del joven y la mantuvo dentro del agua. El estudiante comenzó a agitarse y a batir el agua con sus manos, pero el director lo mantuvo sumergido.Finalmente, el estudiante, ya libre, salió del agua en busca de aire. Y el director espiritual le explicó: “Cuando tu deseo de Dios sea tan grande como tu deseo de respirar el aire, entonces encontrarás a Dios”. El mendigo: [¿Hambre o sed?] Un mendigo pedía algo de comer para calmar el hambre: golpea en la puerta, sale una señora y dice: tengo hambre, regáleme algo de comer… y ella dice: - ¡ qué va…! Le apuesto que lo que usted tiene es sed… venga tómese este vaso de agua. El mendigo se lo toma y ella pregunta: ¿tiene todavía hambre? Si, responde. Tómese otro vasito de agua – y así le hizo tomar como cinco vasos de agua…que al fin lo llenaron. Vuelve a preguntarle: ¿todavía tiene hambre? Y el mendigo contestó: no señora ya me llené… y la señora le dice: ha, ¿se da cuenta? Lo que usted tenía era sed? Los paracaídas [Como la Samaritana, pedimos milagros] Estaban volando en un avión comercial, un sacerdote, un cantante, un hippie y un político. De repente el avión comienza a caer en picada y la azafata les indica que sólo existen 3 paracaídas para los pasajeros. Entonces deciden quién se quedará en el avión: El político dice: Yo saltaré, sin mí el pueblo quedaría a la deriva sin nadie quien lo dirija.Entonces toma el paracaídas y salta. El cantante dice: Yo tengo que saltar, el mundo necesita mi música, la alegría de mis letras. Entonces salta. Cuando de repente el sacerdote ve otros dos paracaídas, y le dice al hippie: ¡Milagro! ¡Milagro! Quedan dos paracaídas! El hippie le responde: No padre, es que el político en su afán saltó con mi mochila. Las dos becerras. [Como la Samaritana, le pedimos al Señor…pero no le ofrecemos] Un granjero informa a su esposa de buenas noticias. "La vaca acaba de parir dos becerritas - una blanca y la otra roja. Debemos dedicar una de estas becerras al Señor. Criaremos las dos juntas y cuando crezcan venderemos las dos y nos quedaremos con la ganancia de una y entregaremos la ganancia de la otra para la obra del Señor. La esposa le pregunta, "¿Y cuál de las dos dedicaremos al Señor?" El esposo contestó, "No hay que preocuparnos con ese detalle. Las criaremos igual y cuando las
vendamos decidiré cuál de las dos es la de Dios. Días después el
granjero entró en la cocina muy triste. “¿Qué pasó?” – preguntó su
esposa-. “Tengo malas noticias” “Murió la becerra del Señor”. “Pero si tú no
habías decidido cuál de las dos era”, dice su esposa. “Si…lo decidí esta
mañana cuando vi la becerra blanca muerta”. Agua bendita: Una señora, al regresar de su peregrinación a Lourdes, pasa el registro de la aduana.El guardia encuentra en su maleta una botella transparente en forma de Virgen, dentro de la cual hay un líquido igualmente transparente. El guardia le pregunta a la dama: -¿Qué contiene esta botella?-Agua bendita de la santa gruta, señor. El guardia, abre la botella, toma un sorbo, y le dice en tono fuerte: - ¡Esto es vodka! La mujer cae de rodillas, y dice: -¡Milagro! ¡Milagro! Beber como
bestias Se dice que Richard Sheridan, el famoso dramaturgo inglés del siglo XVIII, preguntó una noche a un grupo de amigos: –– “¿Vamos a beber como hombres o como bestias?”. –– “Por supuesto que como hombres” –replicó el grupo. “Entonces, nos vamos a poner una borrachera tremenda, ya que las bestias nunca beben más de lo necesario” –comentó Sheridan. Moraleja: Sed desaforada: El 1° con agua. El 2° sin agua. El 3° como agua. Las dos monedas: [Como a la Samaritana, el Señor nos pide algo] [Misa con niños] Una mamá dio a su hijo dos monedas un domingo por la mañana y le dijo que una moneda era para la ofrenda en la iglesia y la otra era para que comprara un helado. Cuando iba por la calle camino al templo, el niño iba jugando con las monedas, hasta que se le cayó una de las monedas y empezó a rodar veloz. Aunque corrió tras ella no pudo evitar que cayera en una alcantarilla y se perdiera. Se puso muy triste por un momento y de pronto se le iluminaron los ojos y dijo: “Señor, lo siento mucho, pero se me perdió tu monedita.”Adivinanza [Para misa con niños] ¿Qué pasa si tiras un pato al agua?: NADA
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