Un mendigo decía: "Iba yo pidiendo, de puerta en puerta, por el camino de la aldea, cuando un carro de oro apareció a lo lejos, como un sueño magnifico. Y yo me preguntaba maravillado, ¿Quién sería aquel Rey de reyes? Mis esperanzas volaron hasta el cielo y pensé que mis días de pobreza y miseria habían acabado. Y me quedé aguardando limosna y tesoros por doquier. La carroza se detuvo delante de mí. El Rey me miró y bajó de su carroza sonriendo. Sentí que al fin me había llegado la felicidad. De pronto el Rey me tendió su mano diciéndome: "¿Puedes darme alguna cosa?" Ah, qué ocurrencia de este rey, ¡pedirle a un mendigo! Yo estaba confuso y no sabía qué hacer.Luego, enojado, saqué de mi mochila un granito de trigo y se lo di. Pero qué sorpresa la mía, cuando al vaciar por la tarde mi mochila, encontré un granito de oro entre los granos de trigo en mi mochila… ¡Y amargamente lloré por no haber tenido un corazón generoso para darle todo el trigo de mi mochila! Párroco y fiel junto a la chimenea: Un párroco se enteró un día, que uno de sus feligreses había decidido no asistir más a la iglesia, porque podía comunicarse con Dios en la naturaleza, sin necesidad de ir a la iglesia. Una noche el párroco decidió hacerle una visita. Sentados junto al fuego, los dos hombres hablaron de muchas cosas, pero no hablaron de la asistencia a Misa. Al cabo de un rato el párroco cogió las tenazas y sacó y apartó brasa del fuego y la colocó sobre el suelo. Los dos veían la brasa apagarse poco a poco y convertirse en cenizas, mientras las otras ardían y sus llamas brillaban alegres. El párroco permanecía en silencio. Al cabo de un rato, pensativo, el feligrés dijo: Padre, el próximo domingo estaré en la iglesia. Construyendo una Catedral: [La conversión exige implicarnos en la construcción de algo más grande: El Reino de Dios] Érase una vez un viajero inglés que llegó a España y encontró muchos trabajadores en la ciudad de Burgos que estaban construyendo una iglesia.Se acercó a varios obreros que estaban cavando una zanja y les preguntó qué estaban haciendo. Uno le contestó: “Yo hago lo que me mandan, porque necesito el jornal para alimentar a mi familia. El segundo le dijo: Yo estoy haciendo una zanja desde aquí hasta allá. El tercer trabajador se paró, se apoyó en su pala y con alegría en sus ojos le dijo: “Yo estoy ayudando al arquitecto a construir la magnífica catedral de Burgos” Pedro, sigue a Jesús: Están hablando Pedro y Jesús de cosas elementales de la vida, y Pedro queriendo saber más pregunta a Jesús: maestro ¿de dónde vienes? Y Jesús le responde: “Yo vengo de dónde vengo”- Y Pedro vuelve a preguntarle: ¿maestro y para dónde vas? Y Jesús le contesta. “Yo voy para donde voy” – Entonces, Jesús le pregunta a Pedro: ¿Y tú Pedro, porqué me sigues? – a lo que Pedro responde sin pensarlo dos veces: ¡Por lo bien que explicas! Sanatorio: [No hacernos los locos ante la llamada del Señor] En un sanatorio de enfermos mentales, un médico observa cómo cuatro internos juegan a los naipes mientras otro está sentado sobre un armario. El médico los ve y les pregunta: - Y aquel, ¿qué está haciendo? – Es un loco. ¡Cree que es una lámpara! - ¿Ah, si? - ¡Eh!, usted, ¡baje inmediatamente de allí! – Pero, ¿qué está haciendo?, -dicen los otros enfermos-, ¡no se da cuenta que sin luz no podemos jugar! Obreros en la vía: [Hay que cambiar de rumbo de vida]. Una cuadrilla encargada de arreglar carreteras estaba en plena tarea limpiando y tapando baches. Llega la hora del almuerzo y el capataz, manda tender el mantel en medio de la vía para almorzar. ¿En medio de la vía? dice un obrero- ¿y si viene un auto? extendamos el mantel debajo de aquel árbol. No, extiendan el mantel en medio de la ruta - Contrariados extienden el mantel en medio de la ruta.Ya iban a empezar a comer cuando ven que viene un auto a toda velocidad. El chofer ve a los hombres e intenta frenar, pero no lo consigue, así que gira bruscamente, se desvía y se estrella contra el árbol. El capataz mira a los obreros y les dice: - ya ven lo que nos habría pasado si hubiéramos tendido el mantel debajo de ese árbol?!!! Saber obedecer a la voz del Señor: [Para misa con niños] La mamá reúne a sus hijos, y les dice: - de ahora en adelante, todos los sábados le voy a dar un premio al que haya sido el más obediente durante la semana. - Mamá, pero eso no es justo. - ¿Por qué dices eso? - Porque papá será el que siempre se gane el premio, porque él siempre dice: en mi casa se hace lo yo obedezca. La llamada del Señor, no infunde miedo. [Para misas con niños] Unos papás tienen que salir de casa para hacer unos recados. Antes de irse, les recomiendan a sus hijos que no abran a nadie la puerta. - Nosotros nos llevamos nuestras llaves. Así que no abran a nadie, ¡pero a nadie porque podría ser un ladrón o alguien que venga a asustarlos, ¿Entendido? Los niños aceptan y prometen no abrir a nadie.Al cabo de un rato llaman a la puerta. Recordando lo que sus padres les han dicho deciden no abrir. Pero el timbre vuelve a sonar. La niña un poco asustada le pregunta al hermano ¿Qué hacemos? - Y el niño tomando la iniciativa, e intentando poner un vozarrón de hombre mayor, pregunta: ¿Quién llama a la peta?
|