El sombrero. [Jesús, la verdadera medida de lo que podemos llegar a ser]
Cierta vez, en Paris, la esposa de un diplomático tenía que asistir a una importante recepción en el palacio del Elíseo, y se lamentaba de no tener un sombrero adecuado a su nuevo vestido. Acudió al mejor modista de Paris y la atendió una empleada, que le mostró los mejores sombreros. Pero ninguno encajaba con el gusto de la señora. A punto de marcharse, decepcionada, preguntó por el creador, el artista de la boutique, quien, saliendo amablemente, se interesó por la calidad, el color y las características del vestido que la señora iba a lucir en la fiesta.
Debidamente informado por la dama, desplegó un gran trozo de amplia cinta de seda. Hizo un hermoso lazo y lo sujetó, adaptándolo a la cabeza de la señora, quien, muy satisfecha, exclamó: - ¡Éste es el sombrero que yo deseaba! ¡Muy bien!, ¿Cuánto le debo? – Son mil euros, madame. La reacción de la señora, fue inmediata: - Pero ¿cómo? ¿Mil francos por un trozo de cinta? El artista, -imperturbable- deshizo el sombrero que había creado y, envolviendo delicadamente la cinta, con la mejor de sus sonrisas se lo ofreció a la dama diciendo: Madame, el trozo de cinta de seda es gratis. La autoridad del anciano: [Jesús, camino seguro y punto de encuentro] En cierta ocasión, un joven entró en un bosque para cazar y se perdió. Pasó mucho tiempo buscando el camino para salir de allí, hasta que se encontró con un anciano. El joven y el anciano se presentaron y el anciano le dijo que llevaba treinta y cinco años perdido en ese bosque. Al oír aquello, el joven comentó: - “Entonces, usted no sabe por dónde se sale” Y el anciano le respondió: - “Bueno, tal vez no sepa por donde se sale, pero sí sé por dónde no se debe salir… Y eso te puede ahorrar treinta y cinco años de búsqueda.” Jesús, es el camino…No obstante, a muchos, tal vez nos estorbe y preferimos caminos tortuosos. Depende de la manera [¿Acomodarnos a Jesús…O acomodarlo a nuestro antojo?] Un rey soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretara el sueño. -¡Qué desgracia mi Señor! - exclamó el sabio - Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de su majestad. -¡Qué insolencia! - gritó el Rey enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí! - Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos. Más tarde ordenó que le trajeran otro sabio y le contó lo que había soñado Este, después de escuchar al Rey con atención, le dijo: -¡Majestad! Gran felicidad le ha sido reservada. El sueño significa que su majestad sobrevivirá sobre todos sus parientes. Se iluminó el rostro del rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro. Cuando el sabio salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: -¡No es posible! La interpretación que ha hecho de los sueños es la misma que la del primer sabio. No entiendo porque al primero le castiga con cien latigazos y a ti te premia con cien monedas de oro. Y el sabio respondió: -Recuerda bien, amigo mío - que ¡todo depende en la forma como lo digas… Receta del pollo: [Cristo
no es una receta del cual yo escojo lo que me gusta] 1.- Un Pollo fresco de mínimo 2 Kgs. 2.- Rellenarlo con variedad de verduras sazonadas con ajo, sal y romero. 3.- Cubrir la bandeja en que se horneará con papel aluminio y precalentar el horno a 350 grados. 4.- Bañar el pollo con 1 taza de ron, brandy, coñac, whisky, vodka, vino tinto, vino blanco, cerveza clara y oscura, y cubrirlo muy bien con papel aluminio. 5.- Se hornea el
pollo a 325 grados durante unos 25 minutos. 6.- Se saca el pollo del horno. 7.- Se deja enfriar por 5 minutos. 8.- Tiras el pollo y te tomas el
caldito. Seguir al Señor, pero que le exija a los demás.
Un socio le dice al otro: - Compadre, nos acaban de robar el negocio. ¿Si?.- Y qué se robaron? ¡Se robaron tu parte!
De águila a paloma: [Acomodar a Dios a nuestro capricho]
Una señora, bien intencionada, encuentra un día un águila que, vencida por el cansancio, reposa en el alero de su ventana. «¡Qué pájaro tan raro y tan feo! -piensa-. No se parece a ningún ave que yo haya visto antes.» Tiene piedad del extraño animal. Lo atrapa, le corta las plumas de la cabeza, después le lima el pico curvo hasta hacerlo recto, y por último le recorta las alas porque le parecen demasiado largas. La devuelve al alero de la ventana para darle libertad, y dice: «Ahora sí que eres normal: pareces una paloma». Sobrino y tío. [Jesús ofrece una nueva vida, que va más allá de los éxitos o fracasos].
Un sobrino le dice al tío: Hola tío, qué milagro, hace rato que no tenía noticias suyas. – Pues bien, mijo, ahí voy pasando la vida. – Tío: ¿Y usted si cree que después de la muerte haya una vida mejor? – Eso depende, mijo, ¿Después de la muerte de quién, exactamente? |