Lecciones de Vida para Crecer en la Fe, 5° Domingo de Pascua, 19 de Mayo 2019, Ciclo C

publicado a la‎(s)‎ 20 may 2019, 16:10 por Diseño Web Santa Ana Centro Chía   [ actualizado el 20 may 2019, 17:39 ]

“Amaos los Unos a los Otros, como Yo os he Amado” 

Todo lo hago nuevo: [Miremos todo, como si hasta ahora viéramos] 

   El tren comenzó a moverse. Iba gente de todas las edades, la mayoría obreros y jóvenes estudiantes de universidad. Junto a la ventana iba sentado un anciano con su hijo de 30 años. Mientras el tren se mueve, el hijo estaba sobrecogido de gozo, encantado por el paisaje. “Mire papá el paisaje de los árboles verdes alejándose es muy hermoso”. 

   Esta conducta del hijo de 30 años hizo que los demás se sintieran incómodos con él. Todos comenzaron a murmurar cosas de ese hijo. “Ese tipo parece loco”, le susurró el recién casado a su esposa. De repente comenzó a llover. Las gotas de lluvia cayeron sobre los pasajeros a través de la ventana abierta. El hijo de 30 años, lleno de gozo decía: “Ves, papá, cuán hermosa es la lluvia…” 

   La esposa recién casada se molestó con las gotas de lluvia, porque mojaban su nuevo vestido. Oiga usted, anciano, ¿no ve que está lloviendo?, le dijo el recién casado. Si su hijo no se siente bien, llévelo a un asilo mental y no moleste a los demás”. 

   El anciano titubeó primero y entonces le contestó en tono amable: “Es que regresamos del hospital a casa. Mi hijo fue dado de alta esta mañana. Nació ciego y solo hasta la semana pasada recobró la vista. Todo es nuevo para sus ojos y estamos dichosos…. Por favor, perdónennos la incomodidad causada”. 

Madre Teresa de Calcuta: [Amor…fruto del trato intimo con Dios] 

   Una escena de la vida de la Madre Teresa de Calcuta muestra la nueva manera de amor: Un periodista la acompañaba, mientras ella cuidaba a los moribundos. Uno de ellos tenía una cicatriz abierta con un olor feo. Tranquilamente la Madre Teresa bañó la herida, hablando suavemente al hombre. Al terminar, el periodista le dijo, “Yo no haría eso ni por todo el oro del mundo.” La Madre Teresa respondió, “Yo tampoco.” Lo hago por algo más valioso que todo el oro del mundo: lo hago por amor. 

Los dos hermanos [“Hay más alegría en dar que en recibir”] 

   En un pequeño poblado Vivian dos hermanos, ambos eran agricultores. Uno vivía con su esposa y con sus hijos a un lado de la colina, y el otro, que era soltero, vivía en una pequeña choza al otro lado. Una vez tuvieron una cosecha especialmente buena. El herma­no casado se paró en el lado de la colina donde tenía sus tierras, mirando las altas gavillas y exclamó: "¡Qué bueno es Dios! ¿Por qué me bendice más a mí, que a mi hermano? 

   Yo tengo esposa e hijos, pero mi hermano está sólo. A mí me va mucho mejor que a él. No necesito tanta cosecha. Cuando mi hermano esté durmiendo hoy por la noche, le llevaré algunas de mis gavillas al otro lado de la colina. Mañana, cuando él se despierte, ni se dará cuenta de lo que he hecho." Mientras el hermano casado estaba mirando su campo, pen­sando de esta manera, el hermano soltero estaba sentado en su lado y se decía: "Bendito sea Dios por su benevolencia. 

   Porque yo habría preferido que me concediera menos que a mi hermano, pues las necesidades de él son mayores que las mías. 
   Tengo tanta cosecha de trigo y frutas como mi hermano, pero él tiene esposa, hijos y muchas responsabilidades y gastos. Quisiera que ellos compartan también lo mío. 

   Hoy por la noche, cuando todos estén dormidos, voy a colocar algunas de mis gavillas en el campo de mi hermano. 

  Mañana, cuando se despierte no se dará cuenta” 

Así fue que los dos hermanos esperaron con mucha alegría que anocheciera y. hacia la medianoche, cada uno se fue a su campo, cargó trigo en su espalda y se fue a la cima de la colina. Era justamente la medianoche, cuando en la cima de la colina, se encontraron los dos hermanos. Al darse cuenta que los dos pensa­ban sólo en el otro, su corazón se llenó de felicidad, se abrazaron y lágrimas de felicidad salieron de sus ojos. 

Solidaridad: El amor no busca el mal 

   Un hombre llama por teléfono a una emisora muy popular y le dice al locutor de radio: —Acabo de encontrarme una billetera con 1.000 dólares dentro. Tiene el nombre y dirección de alguien llamado Peter ken, que vive en la Calle tal…número tal, en chicago.
—Y el locutor le pregunta:— ¿Qué quiere que hagamos? Buen hombre — ¿Sería tan amable de dedicarle una canción a este hombre?
 

Amor es Común-unión [Uno para todos y todos para uno] 

   Un hombre se perdió conduciendo a través del campo. Mientras intentaba orientarse en su mapa, accidentalmente cayó en una profunda cuneta. Su coche quedó atrapado en el lodo. Por suerte, había una granja cercana, por lo que el hombre caminó hacia ella para pedir ayuda. Mi vieja mula Demetria, puede sacar el auto de esa cuneta —dijo el granjero, señalando hacia una vieja mula que estaba en el campo. 

   El hombre miró hacia la flacuchenta mula y miró también al granjero que seguía repitiendo: - Sí, la vieja Demetria puede sacarlo de ahí. El hombre pensó que no tenía nada que perder. Los dos hombres, con Demetria, se dirigieron a la cuneta donde estaba el auto. El granjero enganchó el arnés de la mula al coche. Con un chasquido de las riendas, el hombre empezó a gritar: - ¡Tira Pedro! ¡Venga Juan! ¡Fuerte Luis! ¡Vamos Demetria! Y la mula tiró y sacó el vehículo de la cuneta con sólo un pequeño esfuerzo. 

   El hombre estaba sorprendido. Le dio las gracias al granjero y varias palmaditas a la mula. No pudo evitar preguntar: - ¿Por qué gritó todos esos nombres antes de gritarle a Demetria? El granjero sonrió y respondió: - Demetria es casi ciega. Mientras ella se siente parte de un grupo, tira con toda su fuerza. 

Hermanitos solidarios: [Para niños]


   José, Miguel, María y Tomás hablan sobre los empleos de sus sueños. —Me gustaría ser abogado —dice José—, para así poder defender a mis compatriotas. —Me gustaría estar en el congreso —dice Miguel—, para proponer leyes que beneficien a mis compatriotas. —Yo quiero ser doctora —dice María—, para poder atender a mis compatriotas. —Y a ti, Tomás, ¿qué te gustaría ser? —pregunta José. —¡Yo quiero ser compatriota!

 

Ayuno por amor [Por Juan Ramón Jiménez]

   En la mañana no desayuno porque pienso en ti, al mediodía no almuerzo porque pienso en ti, en la tarde no meriendo porque pienso en ti, y en la noche no duermo, ¡porque tengo hambre!

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20 may 2019, 16:10