Uno cambia en la vida: [El amor de Dios, nos cambia el semblante] “¡Qué rico hueles, mi vida!”. “¡Qué perfumada, mi amor!”. Éramos recién casados. Fueron frases de rigor. Después del baño él olía a Yardley o qué sé yo; mientras yo me perfumaba con frascos de Christian Dior. Pero hoy… ¡Qué diferencia! Él huele a ungüentos, y yo a la Pomadas que me pongo al por mayor ¡Cómo han cambiado los tiempos de cuando él me conoció! Antiguamente lucían encima de mi escritorio una rosa, su retrato, un perfume y un reloj. ¿Ahora? Un frasco de aspirinas; el ungüento de rigor; y el omeprazol, unas vendas; mis anteojos; la jeringa, la ampolleta, el algodón y el alcohol. Y en su escritorio, amontonados para que quepan mejor, un vaso para sus “puentes”; el frasco de la fricción; un libro abierto; sus lentes; jarabe para la tos; agua y la aspirina por si nos viene un dolor…Sin embargo no añoramos “lo que el viento se llevó”. Recordamos lo que fuimos, y vivimos nuestro hoy.En las mañanas, sin prisas, siempre la misma canción: “¿Cómo dormiste, mi cielo?”. “Un dolor me despertó”… “¿Cómo te sientes, mi vida?”: “hoy tengo un fuerte dolor”. Y por las noches, acaso recordando algo mejor, oliendo a pomadas y a inyección, repetimos lo de siempre, lo mismo de ayer y hoy: “Que duermas muy bien, mi vida”. “Que duermas muy bien, mi amor”… Rezamos un Padre Nuestro, y damos gracias a Dios. Cambiar de semblante: [Loco, pero no tonto] Va un señor a una reunión de negocios muy importante. – Se le estalla un neumático de su auto, justo frente a un manicomio. - El señor toma sus herramientas y baja del auto, saluda a un loquito que estaba observándolo por una ventana. - El señor quita las tuercas y va a la parte trasera del auto por el repuesto del neumático, pero cuando vuelve, las tuercas se habían rodado a una alcantarilla, por lo que no puede poner el repuesto. Preocupado porque se le hace tarde para su cita de negocios, entabla conversación con un loquito que se había dado cuenta de todo – Le pregunta: ¿Usted sabe si por acá cerca habrá algún teléfono para llamar una grúa o al mecánico que le avisen a mi cliente que llegaré tarde? - Caballero, - responde el loquito-, por qué se preocupa si esto es fácil de arreglar y no toma mucho tiempo.
- El señor con mucha curiosidad, pero desconfiado pregunta: - ¿Está seguro de eso? ¿Y cuál es la solución? - Muy fácil, quite una tuerca de cada una de las otras llantas, se las pone al repuesto y puede conducir sin problemas hasta un taller - Luego de una rápida reflexión el señor dice: - Usted tiene toda la razón. Dígame, ¿Y por qué está usted internado en un manicomio siendo tan inteligente? - El loquito muy seguro le responde: - Estoy recluido por loco, ¡No por tonto! ¿Andar de incógnitos? [Lo oculto, sale a la luz…] Unos sacerdotes famosos por su seriedad en cuestiones religiosas, deciden tomar unas vacaciones en Hawai. Quieren pasar de incógnitos, se visten de turistas con sus pantalones cortos, camisa de flores y sandalias. Se sientan a tomar el sol y pasa frente a ellos una rubia muy bonita, en traje de baño y al pasar les dice: "buenos días padres". Ellos, mudos, porque alguien los reconoció fueron y se compraron ropas mucho más atrevidas para parecer turistas menos conocidos. Se vistieron con pantalones de surf, playeras con estampados, lentes oscuros y zapatillas a lo Michael Jackson. Vuelven a tomar el sol y pasa la misma rubia y les dice: "buenos días padres". Uno de los sacerdotes la llama y le pregunta: "señorita, de hecho, somos sacerdotes y estamos muy orgullosos de ello. Pero…. ¿Cómo lo ha descubierto si estamos de incognitos…?"… a lo que ella les contesta: - ¡Que¡, ¿no se acuerdan de mí? ¡Soy la hermana Mercedes, la del convento! !Y también ando de incógnita! El susto de los discípulos. [Jesús, mira nuestro interior, nosotros las apariencias] Un ladrón, a la media noche, se mete en una casa a robar. Entra por una ventana, y cuando está dentro en la oscuridad oye una voz que dice: ¡Jesús te está mirando! Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego como ve que no ocurre nada, continúa. Y de nuevo la voz le dice: ¡Jesús te está mirando! El ladrón asustado prende la luz y ve que la voz venía de un loro que estaba en una jaula, y el ladrón le dice: ¡Ah que susto me diste! ¿Cómo te llamas lorito? Y el loro le responde: Me llamo Pedro. ¡Pedro es un nombre muy extraño para un loro! - Y el loro le contesta: Más extraño es el nombre “Jesús” para el Doberman que está detrás de usted.Compañeros de colegio. [Valemos más que la apariencia].
Una señora entró a una cita médica. Estando en la sala de espera se percató que el doctor que la iba a atender era un compañero de colegio. Pensó para sus adentros: ¡Pero si este muchacho era el más guapo de colegio y cómo está de cambiado!!!...Viejo, gordo y calvo! Y pensar que a mí me gustaba. En ese momento la llamaron y entró. Y llena de curiosidad le preguntó al doctor: ¿usted estudió en tal colegio?... SI, contestó el doctor. Y, ¿porque la pregunta?; es que yo también estuve en ese colegio. ¿Ah sí?... Y ¿qué materia dictaba usted? Rostro borroso: [Lo dañino distorsiona y desfigura] Dos campesinos en el pueblo jugaban tejo y tomaban cerveza a más no poder. El caso es que estaban empatados, pero no en el juego sino en la bebida. Después de unas horas se sentaron pues no podían estar en pie y uno le dijo al otro: usted no debería tomar más… y el otro le contesta: ¡pero si hemos tomado igual! - y el otro le dice…Lo que pasa es que tú te estas poniendo borroso…!Exploradores asustados: [Misa con niños] Dos exploradores, que se encontraban en una supuesta isla desierta, van caminando y se encuentran con un letrero que dice: "Peligro: caníbales vegetarianos", confundidos los exploradores deciden continuar; en eso se encuentran con un hombre todo ensangrentado que les dice: ¡Corran, corran! Y los exploradores preguntan: ¿Por qué…si son caníbales vegetarianos? Y el hombre responde: ¡Sí, son vegetarianos, se comen la palma de las manos y la planta de los pies! |