Lecciones de Vida para Crecer en la Fe, Domingo de Pascua, 24 de Abril 2022, Ciclo C

publicado a la‎(s)‎ 2 may 2022, 8:04 por Diseño Web Santa Ana Centro Chía   [ actualizado el 2 may 2022, 8:04 ]

El fabricante de jabón:

 

   Un sacerdote y un fabricante de jabón estaban dando un paseo. El fabricante de jabón le dijo: "Padre, ¿para qué sirve la religión? Mire la miseria y las guerras y el sufrimiento que hay en el mundo. Después de tantas oraciones, sermones y enseñanzas todo sigue igual. Si la religión sirviera, entonces ¿por qué todo sigue igual?" Siguieron caminando y se encontraron con un niño todo sucio. El sacerdote le dijo al fabricante de jabón: "Mire ese niño.

 

   Usted dice que el jabón limpia, pero ese niño sigue muy sucio. ¿Para qué sirve el jabón? El fabricante de jabón le contestó: "Padre, el jabón no puede evitar la suciedad a no ser que sea usado todos los días." Exacto replicó el sacerdote. ¡Lo mismo pasa con la religión! Moraleja: Ante las maravillas de Dios, nuestro corazón puede ser como la cera, que se ablanda con la presencia de Dios. Pero también puede ser como barro, que se endurece y no deja entrar a Dios. 

Cicatrices de Amor: [Con heridas y todo, el Señor, nunca nos suelta de sus manos]

    En un día caluroso de verano en el sur de la Florida un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz. No se daba cuenta de que un cocodrilo se le acercaba. Su mamá desde la casa miraba por la ventana, vio con horror lo que sucedía. Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía. Oyéndole, el niño se alarmó y viró nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde. 

   Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos justo cuando el caimán le agarraba sus piernitas. La mujer jalaba determinada, con toda la fuerza de su corazón. El cocodrilo más fuerte pero la mamá era mucho más apasionada y su amor no lo abandonaba. Un señor que escuchó los gritos se apresuró hacia el lugar con una pistola y mató al cocodrilo. El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron bastante, aun pudo llegar a caminar.

   Cuando salió del trauma un periodista le preguntó si le quería enseñar las cicatrices de sus pies. El niño levantó la colcha y se las mostró. Pero entonces, con gran orgullo se remangó las mangas y señalando hacia las cicatrices en sus brazos le dijo: “Pero las que usted debe ver son estas”. Eran las marcas de las uñas de su mamá que habían presionado con fuerza. “Las tengo porque mi mamá no me soltó y me salvó la vida”. 

El triunfo de la misericordia

 

   Un hombre muere y va al cielo. San Pedro lo recibe en las puertas del cielo. San Pedro dice: "Así es como funciona aquí. Usted necesita 100 puntos para entrar al cielo. Dígame todas las cosas buenas que ha hecho, y le daré un determinado número de puntos, dependiendo de lo bueno que usted haya sido. Al llegar a 100 puntos, entonces podrás entrar " -Muy bien - dice el hombre: “No fallaba a la Eucaristía ningún domingo” - “Eso es bueno, dice San Pedro, tiene de dos puntos” - “¿Sólo dos puntos?". "Bueno, además, le daba el 10% de todos mis ingresos a la iglesia"- Bueno, vamos a ver, responde Pedro: eso le da otros 2 puntos.

 

   ¿Dos puntos? ¡eso es muy poco! – Ahora ¿Qué tal esto?: “Yo construí un comedor en mi ciudad y también trabajé en un refugio para mendigos sin hogar" - "Fantástico, eso es digno de un punto", respondió Pedro. – ¡Todo eso por un solo punto! - le reprocha el hombre – Bueno: “Yo estuve casado durante 50 años con la misma mujer y nunca la engañé”. ¡Eso es maravilloso! - dijo San Pedro-, eso tiene un valor de tres puntos - ¡TRES PUNTOS¡- gritó el hombre.

 

   Ah, y como si fuera poco, San Pedro, le ofrecí mi eterno sufrimiento a Dios, porque la selección Colombia no clasifica a un mundial. Bueno, como yo sé que todo su País sufrió, le doy medio punto. ¿Medio punto? ¿Ni en eso clasifico? Mejor dicho, -dijo el hombre-: ¡Así como va las cosas, la única manera de entrar al cielo es por pura misericordia de Dios!  Y San Pedro le dijo: ¡Adelante! ¡Bienvenido al cielo! “Ahí están tus 100 puntos” 

El campesino, el perro y el burro. [No os espantéis – Para Misa con niños] 

   Una vez un campesino, un burro y un perro iban por el monte. Llevaban tres horas caminando, de pronto se detuvo el burro y le dice al campesino: Por favor patrón, descansemos un poco. El campesino, al escuchar hablar al burro, salió despavorido corriendo, y el perro también. Como a la hora de estar corriendo, el campesino y el perro se detuvieron a descansar y el perro le dice: ¡Uy que susto que nos dio ese burro! ¿No, patrón? 

Jesús, ¿estás ahí? [No tengáis miedo] [Misa con niños] 

   Un niño tenía miedo a la oscuridad. Una noche su mamá le dijo que saliera al patio y le trajera la escoba. El niño se volvió hacia ella y le dijo: “Mamá, no quiero ir por ahí.” Es de noche. “La madre sonrió tranquilizando a su hijo. “no tienes que tener miedo de la oscuridad”. “Jesús está ahí fuera. Él cuidará de ti y te protegerá”. El niño mira a si mamá y le pregunta: “¿Estás segura de que está ahí afuera?”  “Sí, estoy segura. Él está en todas partes, y siempre está listo para ayudar cuando uno lo necesita”, dijo.  El niño pensó por un minuto y luego se dirigió a la puerta de atrás, la abrió un poco y mirando hacia la oscuridad, dijo: ¡Jesús! – Si estás ahí afuera, ¿podría pasarme la escoba? “ 

Lorito asustado. [Misas con niños] 

   Timbra el teléfono en el comando de Policía. - Contestan: - Seguridad publica! - En el otro lado de la línea dicen: - Sr. Policía, venga rápido a la calle Río Amazonas # 234. - El Policía pregunta: - ¿Por qué? ¿Qué pasa? - es que se ha metido un gato. - Y por eso me llama? - Sí Sr. Policía, es que soy el lorito y estoy solo.

ĉ
Diseño Web Santa Ana Centro Chía,
2 may 2022, 8:04