Demasiado
tarde:
El abuelo había insinuado en varias
ocasiones que le encantaría tener un D.V.D para ver unas películas Cantinflas
que le gustaban. Hijos y nietos ofrecían dar cada uno un aporte del precio,
pero no se ponían de acuerdo. En todas las navidades, comprometidos con tantos
gastos por otros regalos, se justificaban diciendo: lo que papá necesita es una
cobija para estos fríos, seguro que la agradecerá. Hasta que llegó la Navidad de este año y por
fin los hijos y nietos se pusieron de acuerdo para comprar el D.V.D. que tanto
deseaba. Llegaron a la casa del abuelo y le dijeron: - Te traemos buenas
noticias… – Te trajimos tu D.V.D…. El Abuelo les responde: - les tengo malas
noticias… – Me quedé ciego.
El ladrón
madrugador
En el día de Navidad, el juez quiso ser
menos duro con los ladrones ese día. En el primer juicio, le pregunta al
acusado: “de qué se le acusa?
– de haber hecho mis compras navideñas con
anticipación.
- Hombre…Pero eso no es un delito!!!
- ¿Y…con cuánta anticipación
las compró usted? - Pues antes de que abrieran la tienda.
El mejor
regalo de Navidad:
Tres hermanos que vivían lejos de su pueblo
natal y se habían vuelto ricos, discutían para ver quién había dado el mejor
regalo de navidad a su anciana madre. El 1° dijo: “yo le construí una mansión”.
El 2°, dijo: “yo le envié un mercedes con todo y chofer”. El 3° sonrió y dijo:
“yo les gané a los dos… ¿Recuerdan cómo le gustaba a mamá leer la Biblia?... y
como ustedes saben, ella ya casi no puede ver, así que le conseguí un loro
carísimo, grandotote y hermoso que recita de memoria la biblia entera.
Es un loro hermoso y único. A los monjes les
tomó 12 años amaestrarlo en el manejo de la biblia. Mamá sólo tiene que decirle
el capítulo y el versículo y el loro se lo recita de memoria”. Poco después, la
anciana madre les envió cartas de agradecimientos a los tres hijos:
“José, la
casa que me construiste es tan grande que yo sólo ocupo un cuarto y tengo que
limpiar todo el día”. “Pedro, estoy muy vieja para viajar, así que rara vez uso
el mercedes, y el chofer es un haragán…”, Querido Manolo: tú si sabes lo que le
gusta a tu madre…La gallina estaba deliciosa…”.
Todo por
una bicicleta: [La estrategia del pequeño […Y todo por una bicicleta para navidad]
El pequeño Ramoncito, de 9 años e hijo
único le preguntó a su mamá ¿cuándo llega papá de viaje? - La mamá le
dijo: lleva apenas unos días, creo que llegará la otra semana. Ramoncito vuelve
a preguntar ¿Mamá y si jugamos que yo soy papá mientras el regresa? Bueno mi
amor, juguemos. Ella le pregunta: ¿querido qué quieres de almuerzo? Hamburguesa
con papitas fritas, responde Ramoncito. La mamá pensó: voy a seguirle la
corriente.
Llegó la hora del almuerzo, le sirvió la
hamburguesa y las papas y el niño almorzó. El niño agradeció y dijo: voy a
hacer la siesta. Qué siesta, ni qué nada, tienes que ir al colegio. Pero
si soy tu esposo y estamos jugando ¿no es así? - Si, y seguiremos jugando,
pero cuando vuelvas del colegio. Al regresar del colegio el niño no ha olvidado
el juego y le dice a su mamá: querida ya llegué; mis onces por favor. Claro
querido… y así hasta la noche.
Ve a cepillarte los dientes y te acuestas,
le dice la mamá. El niño obedece, pero va y se acuesta en la cama de los papás.
¿No te dije que te acostaras? - Querida yo soy el hombre de la casa y esta es
mi cama además de noche es cuando se hablan las cosas importantes…así que vamos
a hablar como hacen los matrimonios.
La mamá un tanto intrigada y molesta, - pensando que le tocaría mandarlo a dormir
con unos fuetazos en la cola-, no obstante, decide averiguar
y acostarse. El niño en su papel de hombre de la casa, se acomoda y
mirando a su mamá le dice: ¿Querida se
acerca la navidad, que tal si le compramos la bicicleta al niño?!