Regalos de Reyes: [Somos
el mejor regalo de Dios. Llevamos su firma]
Un joven le había regalado a su mamá, en el
día de su cumpleaños, un cubrecama que a ella le pareció bastante viejo y feo.
Aunque el cubrecama le desagradaba totalmente, porque pensaba que no valdría ni
20 dólares, la señora lo tendía cada vez que el hijo venía a visitarla, con el
objetivo de no ser descortés con él. Un día mientras la señora estaba tendiendo
el cubrecama de mala gana, empezó a ver en la televisión un programa sobre
objetos firmados por artistas famosos y, con gran sorpresa, descubrió que el
cubrecama que ella estaba tendiendo había sido hecho por un artista muy famoso
y que su costo no era de 20 sino de 10.000 dólares. Un instante después de
haberse enterado del precio, el mismo cubrecama adquirió otra belleza a los
ojos de la mal agradecida señora.
Buscar en el lugar correcto:
Un día, Jacinto perdió las
llaves de casa. Ya de noche, el pobre hombre aún andaba a gatas, a la luz de un
farolillo de aceite, buscando en vano las llaves. Perdida ya la esperanza,
casualmente pasó por allí un viejo amigo suyo. –¡Hola Jacinto! ¿qué
haces? –preguntó el buen hombre. –Estoy buscando mis llaves –contestó Jacinto
desconsolado. Viendo el abatimiento de su amigo, el hombre, que era tan bueno
como el pan, decidió ayudarle a buscar las llaves.
Pero los minutos pasaban y
pasaban, y las llaves de Jacinto no aparecían por ningún lado. Al cabo de un
buen rato de búsqueda infructuosa alrededor del farolito, aquel hombre, que no
veía nada clara la situación, quiso entender qué había sucedido realmente:
–Vamos a ver, Jacinto: pero ¿tú dónde has perdido las llaves? –En el jardín de
casa –murmuró él. –Entonces, ¿qué hacemos buscando aquí, alrededor del farol?
–Hombre, ¡porque aquí hay más luz! –contestó Jacinto sin pensárselo dos veces.
Los reyes magos actuales:
Cuenta Lucumí, el bobito del
pueblo, que era tradición en navidad hacer una representación el pesebre. “El
alcalde me dice: Lucumí, tú harás de San José, y yo que no me dejo, le dije:
¡No señor, yo no voy a responder por un hijo que no es mío! Yo quiero hacer de
Baltazar. Me puse el traje y el alcalde me dice: para que quedes igualito a
Baltazar, le voy a dar un camello, y yo le dije: gracias señor alcalde por que
hacia como 3 meses que pasaba hojas de vida y nada que me daban trabajo. Pero mentira…No me dio ningún
camello; sólo me dio un burro con joroba. Le dije: ¿y ahora pa’donde cojo con
este animal?... “Tiene que ir a Belén a celebrar la llegada del niño Jesús y
tiene que llevarle oro”, me dijo. Le respondí: hay hermano este es el baby
shower más caro al que me han invitado…Y…¿Cómo hago pa’llegar allá?...Tiene que
mirar al cielo…La estrella del norte te guiará…Y yo duré como 5 horas mirando
pa’l cielo y no vi nada, y eso que salí desde temprano como a las 8 de la
mañana. Bueno…seguí caminando y me encontré a mi primo Willington Chayan, en
pantaloncillos color blanco.
Le dije: ¡veee…primo te
felicito! ¡Te escogieron de niño Dios! - ¡Cuál niño Dios hombre! - ¿No ve que
me robaron toda la ropa? Al fin llegué al pesebre y dijeron: “Entren los reyes
magos con sus ofrendas!... Que entre Baltazar…Entré y entregué mi ofrenda y me
dijeron: ¡Lucumí tú sí que eres bruto! - Tú tenías que traer oro…! Pa’ que
trajiste un reloj? Y yo respondí: ¿no han escuchado, acaso, que el tiempo es
oro?.
Entonces dijeron: que entre
Gaspar… y era el primo que vivía en México desde pequeño. También lo regañaron:
Pero ¡cómo eres de bruto! te dijimos que trajeras mirra. No birras (Cervezas).
Entonces dijeron: ¡Que entre Melchor! y entró…y saz que le echan agua porque
traía unas baritas de incienso prendidas, pensando que se estaba incendiando.
El miedo es general [Herodes tenía miedo del Niño Jesús]
En el fragor de la
batalla el comandante gritaba a sus soldados: - ¡Adelante! ¿Quién manda aquí…yo
o el miedo? Y un soldado, que no podía más de miedo, le contesto:
- ¡El miedo!
-¿Cómo que el miedo?
–Claro que el miedo, porque usted será muy comandante,
¡pero el miedo es general!
Brasil y la luna [Misterio
Epifánico]
Carmen le pregunta a su amiga
Teresa: ¿Qué queda más lejos, Brasil o la luna? Teresa le responde: ¡Ay, pero si eres tonta Carmen! ¿Acaso
puedes ver Brasil desde aquí?”. Moraleja: A veces, aquello que no se ve,
aunque esté cerca, siempre nos quedará muy lejos. Aquello que vemos, aunque
esté lejos, siempre lo tendremos más cercano.
El faro: [Hay ocasiones en que es urgente cambiar de
camino].
El capitán de un barco, de noche, ve unas
luces dirigiéndose directamente hacia él, y rápidamente intenta hablar con el
otro capitán por radio: -Aquí el capitán del “Invencible”, dirigiéndose al barco inidentificado,
estamos en rumbo de colisión, cambie su rumbo 10 grados al sur. Cambio.
-Rectifique usted su rumbo 10 grados al norte. Cambio. - ¡Oiga, que soy un capitán, y le ordeno que
cambie su rumbo 10 grados al sur! ¡Cambio! -Pues mire, sr. Capitán: yo solo soy
un marinero de segunda, pero insisto en que sea usted el que modifique su rumbo
10 grados al norte. Cambio. - ¡Pero es que esto es un portaaviones, y tengo
prioridad, y tengo prioridad! ¡Cambio! -Me da igual,
capitán…esto es un faro.
La luz y la oración: [Para
misa con niños]
La abuela pregunta a su nieto:
¿Ya rezaste tus oraciones de cada noche? - El nieto le contesta: - por
supuesto, abuelita. ¿Y por las mañanas, también rezas?, le pregunta la abuela.
Y el nieto respondió: ¡No, porque durante
el día no tengo miedo!