Chía, 26 de Abril de 2015
Saludo cordial a todos los fieles de esta comunidad de Santa Ana.
En
el Evangelio de este cuarto Domingo de Pascua, encontramos uno de los títulos
más bellos que el mismo Jesús se da: el “Buen Pastor”. Jesucristo el Buen Pastor que da su vida por nosotros y gracias a
ello, la Iglesia es el rebaño del Señor porque está compuesta de ovejas,
débiles, tiernas y dóciles; y como el rebaño es indefenso, por eso necesita del
Pastor. Así como un rebaño no puede prescindir de la guía del pastor, un pastor no existe sin una grey a la que pastorear. Cuando el Pastor tiene esa bella relación con el pueblo, huele a oveja, crece un amor entre ellos, un verdadero amor, y la Iglesia se vuelve unida. Un solo rebaño y un solo Pastor. Como Jesús conoce a sus ovejas, ellas reconocen su voz. Así, el sacerdote de una comunidad, como Buen Pastor ejerce su papel como de educador y padre hacia sus hijos; es un catequista y lo son todos aquellos que, en nombre de Dios, trabajan para que los demás descubran el valor de la fe. El sacerdote como Pastor conoce a la persona, es decir, entra en su corazón y descubre sus anhelos más profundos. Significa quererlo, estar dentro de él, discernir cuáles son sus necesidades y sus demandas en su crecimiento espiritual. Conocer es saber cómo es realmente el otro. Por eso no puede haber una profunda armonía entre el pueblo de Dios y sus pastores sin comunión y confianza mutua. Esto es condición necesaria para ejercer con plenitud la labor de cuidar a los
que Dios pone a nuestro lado. Conocer también va más allá del saber
intelectual. Es un conocimiento que parte del Amor y de la Libertad. El Buen Pastor es el que está preparado para dar su vida, para entregarse a sus ovejas. Y lo hace libremente y en profunda comunión con Dios Padre. Jesús nos habla de la comunicación entre Él y su Padre. Para Él, esta relación es fundamental en la vida ministerial. No se puede ejercer una labor de pastoreo sin una conciencia plena de íntima amistad con Dios, por eso se le llama “Padre”. Los Pastores de la Iglesia tienen que sentir muy suyo el rebaño porque el ejercicio de su ministerio es un Don que les viene de Dios. Cuando se dan estas condiciones de conocimiento y responsabilidad, las ovejas siguen la voz del Pastor, porque ven en él a un referente, un punto de apoyo.Confían plenamente en él porque su
testimonio, su vida, les dan pruebas de su compromiso. Jesús
nos da a entender que su misión no se limita al pueblo de Israel. “También tengo ovejas de otro rebaño”.
Él también predicó y trató con samaritanos y romanos. Su labor no supone una
relación exclusiva y cerrada con los suyos. Él es el Pastor de todos, nos une
una sola fe, en una comunidad en donde cabemos todos. La Iglesia es una y Jesús es el único pastor de todos. La comunión está por encima de las diferencias ideológicas, religiosas o culturales, porque lo primordial y el centro de nuestra acción es Jesús. Jesús es el Buen Pastor y es también la puerta del redil, puerta para entrar y salir porque Jesús no nos obliga, ni nos ata, nos deja y nos quiere libres. Él tiene otras ovejas que no son parte de su rebaño. Cada día son más en nuestras familias, las personas que salen por la puerta del redil en busca de otras cosas. Pidámosle al supremo Pastor, que nos ayude a distinguir su divina voz e imitarlo en su Amor y entrega a los demás. Que por nuestro testimonio y amor, vengan más ovejas al redil. Que los esposos sean pastores de sus hijos, los profesores de sus alumnos. Que regresen los que se han alejado. Que los hijos vuelvan a los brazos de sus padres, que los esposos vuelvan al calor de sus hogares, que nuestros corazones vuelvan a los brazos de Dios. Para no alejarnos del Buen Pastor, dejemos que su palabra nos ilumine, que su Eucaristía nos alimente y que en la oración nos guarde en su corazón."El Señor es mi Pastor, nada me falta con Él" Feliz
semana para todos. Que el Señor Jesús, Buen Pastor, y su Santísima Madre la
Virgen María los cuiden y amparen por siempre. Rector Capilla Santa Ana de Centro Chía |