Epifanía del Señor, 5 de Enero de 2020, Ciclo A

publicado a la‎(s)‎ 2 ene 2020, 10:54 por Diseño Web Santa Ana Centro Chía   [ actualizado el 4 ene 2020, 9:27 ]

Chía, 5 de Enero
 de 2020

   Saludo y bendición, queridos discípulos misioneros de esta amada comunidad de Santa Ana.   

“Epifanía del Señor

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   Epifanía Es la fiesta de la luz que ha brillado en medio de las tinieblas del mundo para que todos los hombres puedan encontrar al Salvador, nacido de María. Los Magos son testigos y heraldos de cuantos buscan la luz en medio de las tinieblas, y la alegría en medio de tantos pesares. 

   Cristo resplandor del Padre y Luz del mundo vence las tinieblas del mal. Y mientras que Cristo resplandezca, la oscuridad y las tinieblas que nos rodean, no podrán impedirnos encontrar su luz. 

   Desde que Cristo se encarnó, Dios está nuestro alcance. Como en Belén Dios se dejó encontrar por los magos, hoy se nos deja encontrar para que le entreguemos nuestros dones. Pero encontrarlo requiere que coloquemos a sus pies todo lo que somos. La mejor ofrenda, entonces, será del don de todo nuestro ser, y reconocerlo como nuestro Dios y Salvador. 

   Los Magos son de lejos y, no obstante, son los primeros en ver sus señales. Son de lejos y en el camino quedan a oscuras y sin camino. Son de lejos y van a buscarlo y en su oscuridad se sienten perdidos, pero sus dudas y oscuridades no los echan atrás. Preguntan a quienes creen que tienen que saberlo, pero ellos no lo saben. Son los magos quienes los ponen de nuevo en camino y quienes les devuelven una “inmensa alegría”. Extraña y divina experiencia: un niño en un pesebre. ¿Ese es el rey de los judíos? Buscaban a “un rey” y se encuentran “con el mismo Dios”. Es que en la vida hay muchos caminos. Los nuestros y los de Dios. Los de búsqueda, y los de regreso, luego del encuentro. 
   

   La Epifanía nos invita a estar ¡Atentos a los signos de Dios! Los Magos vieron una estrella nueva en el firmamento. Fue un signo que Dios les envió y no lo dejaron pasar, sino que descifraron su sentido y se pusieron en marcha. Desde Jerusalén no se puede ver el pesebre de Belén, que está cerca. Pero desde el Oriente se pueden ver las señales que llevan a la cuna. 

   Para el que busca, todas las cosas son señales que llevan a Dios. Para el que no busca no existen huellas de Dios. Por eso, estos tres Magos que vienen de lejos nos enseñan a aprender a ver y a seguir las señales. Nos enseñan a seguir adelante, aunque las señales se oscurezcan. Nos enseñan lo importante que es tener ojos de fe para ver las señales de Dios, para leer la historia como camino que lleva a Dios, y para entender que también en la noche hay que seguir buscando.
 

   San Agustín, nos recuerda que, “nuestro corazón vive inquieto, hasta que descanse en el Señor”. Los tres magos representan a toda la humanidad que, de una manera u otra, camina inquieta, buscando la verdad. No se dieron por vencidos en el seguimiento de la “estrella” de la fe que es Cristo. Lamentablemente, cuando no caminamos hacia la Luz verdadera guiados por la fe, deambulamos por este mundo sin paz ni sosiego. Como los magos, hemos de estar atentos porque Dios va sembrando, día tras día signos de su presencia y de su amor en nuestra vida. 

   La Epifanía nos habla, entonces, de los que persisten en la búsqueda del Señor, porque intuyen que él siempre se revela y se manifiesta a quienes lo buscan, aunque vengan de lejos. 

Nos habla de los que cansados del camino, terminan postrados de rodillas delante de un Dios que por momentos les sumergía en la desilusión. Y en fin, nos habla de la experiencia de quienes, primero por sus ojos, se fían de una señal, y luego en su corazón, se fían de un niño recostado en un pesebre. 

   Adoremos al Señor que a diario se nos manifiesta en el rostro de cuantos nos rodean, y que también nosotros sigamos buscando la estrella que siempre trae los regalos divinos de la paz, el amor, la fraternidad. Como en Belén Dios se dejó encontrar por los magos, también hoy quiere que lo encontremos y, postrados ante él, le entreguemos como mejor don, cuanto somos. 

   Pidamos a María Santísima que nos enseñe a buscar siempre a su divino Hijo, como lo hicieron los magos de oriente, y no reparemos en las dificultades ni en los sacrificios que debamos hacer hasta encontrar su Luz. 

A quienes nos siguen a través de internet, en la página: www.santaanacentrochia.org les envío mi bendición. Los invito a caminar juntos y a seguir extendiendo, como discípulos-misioneros, la Buena Nueva del Señor, donde quiera que se encuentren.

 Feliz semana para todos. Que Dios los bendiga y la santísima Virgen los proteja.


Padre Luis Guillermo Robayo M.   

Rector Capilla Santa Ana de Centro Chía 


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4 ene 2020, 9:25