Chía, 12 de Abril de 2020
Saludo
y bendición a todos ustedes, discípulos misioneros de esta comunidad de Santa
Ana
Manual de Celebración en Familia Dios es más
grande de la nada, y basta sólo una luz encendida para vencer la más oscura de
las noches… En estos días de Pascua, llevemos este grito en el corazón. Y si nos dirán del por qué de nuestra sonrisa donada y de nuestro paciente compartir, entonces podremos responder que Jesús está todavía aquí, que continúa estando vivo entre nosotros, que Jesús está aquí, en la Plaza, con nosotros: vivo y resucitado”. (Papa Francisco) La resurrección de Jesús tiene mucho que ver con los ojos de nuestro corazón. Pedro nos dice en la primera lectura de hoy en su discurso: “Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos, que él había designado: a nosotros que hemos comido y bebido con Él, después de su resurrección”. (Hch 10,34.37-43) La resurrección nos cambia nuestra manera de ver; cambia nuestra manera de pensar; nuestra manera de amar, nuestra manera de ser y estar en el mundo.No es solo cuestión de saber que Él resucitó. Es cuestión de que “Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba…” “Porque habéis muerto y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios..” (Col 3,1-4) Resucitados, estamos invitados a Galilea, donde todo comenzó y donde todo continuará. Es una mañana de noticias para Dios. Su Hijo ha resucitado. Es una mañana de noticias para nosotros, porque también hemos resucitado con él. Es una mañana de noticias para el mundo, porque, a pesar de tantas dificultades por las que estamos pasando, todo es nuevo y comenzamos de nuevo. “El anuncio de alegría y esperanza, que culmina el triduo, nos recuerda que las cosas viejas han pasado y todo ha sido renovado en Cristo, muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra glorificación.Este anuncio es también una llamada a la responsabilidad en la misión, pues renueva en todos los bautizados el sentido de nuestra nueva condición, y nos invita a despojarnos del hombre viejo para vivir como hombres resucitados, que hacen del mundo un espacio nuevo donde ser, gracias a Cristo y con Él, instrumentos de consuelo y esperanza para aquellos que sufren todavía hoy la humillación y la soledad” (Papa Francisco) Que el Espíritu divino, quien resucitó al Señor de entre los muertos, nos resucite de nuestros pecados a una vida totalmente nueva y nos guíe por sus, hacia la Pascua eterna. En nombre de Monseñor Héctor Cubillos Peña, Obispo de la Diócesis de Zipaquirá, y del Rector de la Capilla de Santa Ana, les deseamos: Felices Pascuas de Resurrección. Aunque este año 2.020 por la contingencia que vivimos, no nos pudimos reunir en nuestras comunidades, estemos seguros que la presencia del Señor resucitado siempre nos acompaña con su divina luz y nos sostendrá cada día con su misericordia y su amor. |