Institución de la Eucaristía, el Sacerdocio y el Mandamiento del Amor
Homilía Padre Pablo Galvis J.
Es el día del sacerdocio, de la Eucaristía y el mandamiento del amor. Como un hijo nace del seno de su madre, así hemos nacido nosotros, Oh Cristo, de tu único y eterno sacerdocio.
Hemos nacido en la gracia y en la fuerza de la nueva y eterna alianza del Cuerpo y de la Sangre de tu sacrificio redentor: del “Cuerpo que es entregado por nosotros” (cf. Lc 22,19), y de la Sangre, que “por todos nosotros se ha derramado” (cfr. Mt 26,28).
La liturgia de san Juan Crisóstomo reza así: “Hazme comulgar hoy en tu cena mística, oh Hijo de Dios. Porque no diré el secreto a tus enemigos ni te daré el beso de Judas. Sino que, como el buen ladrón, te digo: Acuérdate de mí, Señor, en tu Reino.”.
El Cuerpo de Cristo que recibimos en la comunión es "entregado por nosotros", y la Sangre que bebemos es "derramada por muchos para el perdón de los pecados". Por eso la Eucaristía no puede unirnos a Cristo sin purificarnos al mismo tiempo de los pecados cometidos, preservarnos de futuros pecados, e impulsarnos a la práctica de la caridad. Lavatorio de los Pies |