Vaticanes | 5 de Abril, 2015.
Una luz tenue desde el principio, que luego se irradia multiplicándose, a través del espacio, a través del tiempo, en los corazones sedientos de esperanza. La madre de todas las vigilias, la de la Pascua, comenzó como de costumbre, con la bendición del fuego en el atrio de la Basílica de San Pedro y la entrada en procesión. El Señor vela sobre su pueblo para abrirle el camino de la libertad lo hace pasar a través del Mar Rojo; y hace pasar a Jesús a través del abismo de la muerte y de los infiernos, y, aún hoy, vela por los muchos dramas que alteran la humanidad. Pero para entender este amor sin límites, el hombre debe ser capaz de “entrar en el misterio”. No es un esfuerzo intelectual, aclaró Fra ... |