vaticanes | 04 de noviembre de 2010 Los creyentes son peregrinos en esta tierra, extranjeros directos hacia la eternidad. Lo ha reafirmado Benedicto XVI en la homilía de la misa de sufragio por los cardenales y obispos difuntos durante el año, celebrada esta mañana en la Basílica Vaticana. Al comentar el paso evangélico del coloquio de Jesús con Nicodemo, Benedicto XVI observó que con Cristo, Dios está cerca del hombre. Dios manifiesta su omnipotencia en la misericordia y el perdón. Comprender todo esto significa entrar en el misterio de la salvación: Jesús vino para salvar y no para condenar; con el sacrificio de la cruz, él revela el rostro de amor de Dios. Y, precisamente, por la fe en el amor sobreabundante que nos ha sido donado ... |